Por qué se celebra el Día Nacional contra el Grooming, cómo prevenirlo y qué hacer ante una amenaza
Cada 13 de noviembre se conmemora el Día Nacional contra el Grooming, fecha que recuerda la sanción de la ley que incorporó este delito al Código Penal.
Cada 13 de noviembre se conmemora el Día Nacional contra el Grooming
Cada 13 de noviembre se conmemora el Día Nacional contra el Grooming, en recuerdo de la sanción de la ley 26.904, aprobada en 2013, que incorporó este delito al Código Penal argentino. La norma establece penas de prisión de seis meses a cuatro años para los adultos que acosen sexualmente a menores a través de medios digitales.
A partir de esta legislación, en 2022 se creó el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming – Clic Derechos, orientado a generar herramientas para la prevención del ciberacoso y promover una ciudadanía digital responsable entre niñas, niños y adolescentes.
El grooming es una forma de abuso sexual que ocurre en entornos digitales, en la que un adulto contacta a un menor con intenciones sexuales. No es necesario que exista un encuentro físico para que el hecho se considere delito. Enviar o solicitar imágenes o videos de contenido sexual a través de redes sociales, chats, videojuegos en línea o transmisiones en vivo también constituye grooming.
La Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, es la autoridad de aplicación de la Ley 27.590 “Mica Ortega”, que dio origen al programa Clic Derechos. Desde su puesta en marcha, la SENAF trabaja junto a los ministerios de Justicia y Educación y con referentes provinciales de las 24 jurisdicciones del país, con el fin de capacitar equipos, promover el uso responsable de las tecnologías y coordinar acciones ante casos de abuso en línea.
Cómo prevenir el grooming
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La prevención del grooming es una responsabilidad compartida entre familias, escuelas y comunidad. Acompañar a niñas, niños y adolescentes en su vínculo con la tecnología es clave para reducir los riesgos.
Una herramienta fundamental es mantener el diálogo cotidiano sobre el uso que hacen de internet: qué sitios visitan, con quiénes interactúan y qué cosas los preocupan o incomodan. Estas conversaciones deben darse en un clima de confianza, sin centrarse solo en los peligros, sino también en los aspectos positivos de las redes y plataformas digitales.
También es importante hablar sobre los riesgos de interactuar con desconocidos y dejar en claro que, ante cualquier situación incómoda, pueden acudir a un adulto de confianza.
Otra medida preventiva es configurar adecuadamente la privacidad de las cuentas tanto de los menores como de los adultos que comparten información sobre ellos. Controlar qué se publica y quién puede verlo reduce la exposición.
A nivel familiar y social, resulta útil reflexionar sobre qué información compartimos en internet y con quién. Fomentar una actitud crítica y consciente frente a los contenidos digitales ayuda a construir entornos más seguros.
Por último, la educación sexual integral tiene un rol clave en la prevención. Brindar información precisa, confiable y adaptada a cada edad permite que los chicos reconozcan situaciones de riesgo, comprendan sus derechos y sepan cómo pedir ayuda si algo los hace sentir incómodos o inseguros.
Cómo actuar ante un caso de grooming
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Ante una situación de ciberacoso, es importante tratar el hecho como un caso de abuso sexual contra menores. Algunas recomendaciones para intervenir correctamente son:
Pedir ayuda profesional: comunicarse con la línea 102 o la línea 137, donde se brinda orientación y acompañamiento.
Realizar la denuncia: acudir a la fiscalía más cercana, preferentemente especializada en delitos informáticos. Se puede consultar el mapa de fiscalías argentinas para encontrar la adecuada. Denunciar es clave para evitar que el agresor siga contactando a otras víctimas.
Escuchar sin juzgar: la víctima nunca debe ser culpada ni avergonzada. La responsabilidad recae únicamente sobre quien comete el delito.
No bloquear ni enfrentar al acosador: esto puede eliminar pruebas valiosas o facilitar que cree nuevos perfiles.
Evitar hacerse pasar por la víctima: intentar obtener pruebas por cuenta propia puede entorpecer la investigación judicial.
Guardar las evidencias: conservar capturas de pantalla, números de teléfono, perfiles de redes sociales, correos electrónicos o enlaces que sirvan como prueba.
Hablar sobre seguridad digital: conversar con los chicos sobre la importancia de proteger la privacidad en redes y evitar compartir datos personales o imágenes íntimas.