Según el último Boletín Epidemiológico Nacional, la enfermedad causó siete muertes en menores de dos años y la circulación del virus se extiende en gran parte del país, en un contexto de baja cobertura de vacunación.
La coqueluche, o tos convulsa, es una infección respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis, altamente contagiosa y especialmente peligrosa para los bebés.
La coqueluche, conocida también como tos convulsa, no detiene su crecimiento en la Argentina y las estadísticas son cada vez más preocupantes. Según el último Boletín Epidemiológico Nacional, la enfermedad presenta circulación en 20 jurisdicciones, con un mayor impacto en la región Centro, especialmente en la provincia de Buenos Aires, y en el Sur del país, donde continúa el brote detectado en Tierra del Fuego. En ese contexto, en lo que va del año, ya se registraron siete muertes.
En paralelo al avance territorial, se notificaron 5.110 casos sospechosos desde enero, de los cuales 688 fueron confirmados. La incidencia acumulada, que alcanza 1,45 casos cada 100.000 habitantes, supera todos los registros del mismo período desde 2020 y también los valores de 2023, cuando Salta había concentrado la mayor cantidad de contagios.
El informe oficial detalla que 586 casos cuentan con confirmación de laboratorio. En la mayoría, el 81,9 por ciento, se detectó la bacteria Bordetella pertussis, mientras que dos diagnósticos correspondieron a Bordetella parapertussis y los restantes continúan en estudio.
Respecto de los fallecimientos, las siete víctimas eran niños menores de dos años. Cuatro tenían solo seis meses de edad, uno integraba el grupo de seis a once meses y los otros dos pertenecían al rango de doce a 23 meses. La tasa de letalidad para este período se ubica en 1,2 por ciento. Ninguno de los cuatro chicos que ya estaban en edad de vacunación tenía dosis registradas en NOMIVAC, mientras que los tres bebés restantes, menores de dos meses, no contaban con el respaldo de la vacunación materna.
El Ministerio de Salud advirtió que las diferencias en las coberturas de vacunación explican en gran parte esta situación. Provincias como Tierra del Fuego, La Pampa, Jujuy, Neuquén, Mendoza y San Juan sostienen buenos niveles de inmunización, con esquemas actualizados.
En cambio, advirtieron que Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Corrientes, Misiones y Formosa registran valores bajos o intermedios, sobre todo en los refuerzos de cinco y once años. En embarazadas también se observan contrastes marcados.
La coqueluche es una enfermedad infecciosa aguda y altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Se transmite a través de las gotitas respiratorias que se eliminan al toser, hablar o estornudar. Afecta principalmente a niños pequeños, aunque puede presentarse en adolescentes y adultos.
El período de contagio es más elevado durante los primeros días de tos y puede extenderse hasta seis semanas si no se realiza tratamiento. Con antibióticos adecuados, la transmisibilidad se reduce a cinco días desde el inicio de la medicación. Los adolescentes y adultos, incluso con cuadros leves, pueden contagiar a lactantes, el grupo más vulnerable a las formas graves.
El período de incubación es asintomático y dura entre 5 y 21 días, con un promedio de una semana. La enfermedad atraviesa tres etapas: catarral, paroxística y convalecencia, y puede prolongarse durante varias semanas.
En la fase catarral, los síntomas se parecen a los de un resfrío común: fiebre leve, congestión nasal y tos seca, que suele empeorar por la noche.
En el período paroxístico, aparecen episodios de tos intensa e incontrolable, seguidos de una inspiración profunda que produce el característico “gallo”. Estos accesos pueden provocar vómitos, dificultad para respirar o desmayos, y en bebés menores de tres meses existe riesgo de apneas. Entre las complicaciones más frecuentes figuran neumonía, convulsiones, hemorragias, pérdida de peso y, en casos graves, daño neurológico por falta de oxígeno. En adolescentes y adultos pueden presentarse fracturas costales, síncope o neumonía secundaria.
El Calendario Nacional de Vacunación contempla tres dosis durante los primeros seis meses de vida, a los 2, 4 y 6 meses, con refuerzos a los 15-18 meses, a los 5-6 años y a los 11 años.
Las embarazadas deben recibir una dosis de triple bacteriana acelular a partir de la semana 20 de gestación para proteger al bebé durante los primeros meses de vida, cuando todavía no puede recibir la vacuna.
El personal de salud que trabaja con niños pequeños también debe aplicarse un refuerzo cada cinco años.
Se estima que la eficacia de la vacunación, con al menos cuatro dosis, alcanza el 80 por ciento, especialmente frente a las formas graves. Las vacunas son gratuitas y están disponibles en todos los centros de salud del país.
