Fue así que renunció a los lujos y a la herencia familiar, siguió el ejemplo del Evangelio y adoptó una vida basada en la oración, la austeridad, la caridad y la reconciliación entre las personas.
En ese marco fundó la Orden Franciscana, centrada en la caridad, la predicación y la cercanía con la comunidad. Su vida se convirtió en ejemplo de compasión, fraternidad y respeto por toda la creación, inspirando a numerosos seguidores que continuaron su obra a lo largo de los siglos.
Su relación con los animales y la naturaleza
Francisco veía a los animales como parte de la creación de Dios. Predicaba a los pájaros y protegía a otras criaturas, mostrando respeto por toda forma de vida. Uno de los relatos más conocidos es el del lobo de Gubbio: en esa localidad, el animal atacaba a vecinos y ganado, por lo que provocaba un temor generalizado. Francisco logró establecer un pacto con él: dejaría de agredir si los habitantes le proporcionaban alimento. Cumplido el acuerdo, el lobo convivió en armonía con la comunidad.
San Francisco también escribió el Cántico de las criaturas, donde alaba al “Hermano Sol”, a la “Hermana Luna” y al “Hermano Viento”, mostrando su visión de la naturaleza como parte de la familia de Dios. Por ello, se lo considera patrón de los animales y protector de la naturaleza.
En muchos países, la celebración del 4 de octubre incluye la bendición de mascotas y la promoción del cuidado de todas las criaturas.
Oración a San Francisco de Asís por las mascotas
¡Oh San Francisco de Asís! Amigo y patrón de los animales, protector de la naturaleza, te pido que nos guíes en la curación de los animales enfermos. Sabemos que tu amor por todas las criaturas de Dios es inmenso y que siempre has trabajado por su bienestar. Hoy, te imploro que escuches nuestras plegarias y nos ayudes a sanar a las criaturas que están sufriendo.
Sabemos que la enfermedad y el sufrimiento son parte de la vida, pero te pedimos que nos concedas la sabiduría y el conocimiento para encontrar los tratamientos adecuados para aliviar el dolor de los animales que amamos. Sabemos que, a través de ti, podemos encontrar la fuerza para ser compasivos y amables con todas las criaturas de Dios, incluyendo las que sufren afecciones.
Te pedimos que nos ilumines y nos des la fuerza para cuidar de aquellos que no pueden cuidarse por sí mismos. Que nuestras manos, nuestras palabras y nuestros corazones reflejen tu ejemplo. Ayúdanos a ser sanadores de tus criaturas, para que puedan recuperar su salud y alegría.
Que nuestra labor de curación sea un testimonio del amor y la misericordia de Dios, y que nuestras acciones inspiren a otros a amar y proteger a todas las criaturas vivas. Oh, San Francisco de Asís, te pedimos que nos ayudes en esta tarea, para que podamos hacer nuestra parte en la protección de la creación de Dios y en la construcción de un mundo más amoroso y compasivo. En tus manos dejamos nuestra labor de sanación, en tu amor confiamos, y tu ejemplo seguimos. Amén.