El óxido afecta a las herramientas de metal, debilita su estructura y disminuye su tiempo de uso. Limpiar las herramientas a tiempo mantiene su buen estado, mejora su rendimiento y prolonga su vida útil.
Un método casero permite eliminar el óxido de las herramientas con pasos simples y precauciones seguras.
El óxido afecta a las herramientas de metal, debilita su estructura y disminuye su tiempo de uso. Limpiar las herramientas a tiempo mantiene su buen estado, mejora su rendimiento y prolonga su vida útil.
Para este método se necesitan tres elementos principales: vinagre blanco, un cepillo o papel de aluminio, y opcionalmente detergente.
El vinagre blanco actúa como un ácido suave que disuelve el óxido adherido al metal. El cepillo o el papel de aluminio funcionan como un abrasivo suave para retirar el óxido sin rayar el metal. El detergente se puede usar cuando la herramienta tiene grasa o suciedad, ya sea mezclándolo con vinagre al inicio o aplicándolo después con un gatillo rociador una vez que la herramienta estuvo sumergida en vinagre. Esto ayuda a eliminar residuos y permite que el metal quede completamente limpio.
Sumergir la herramienta oxidada en vinagre blanco y dejar actuar entre 1 y 24 horas según la intensidad del óxido.
Frotar la superficie con un cepillo de cerdas duras o un trozo de papel de aluminio arrugado hasta eliminar el óxido.
Si la herramienta tiene grasa o suciedad, aplicar detergente opcionalmente, ya sea mezclado con vinagre antes de sumergir o rociado después con un gatillo, y frotar nuevamente.
Enjuagar con agua limpia y secar completamente para evitar la reaparición del óxido.
Aplicar una capa ligera de aceite (vegetal o específico para herramientas) para proteger el metal.
Se recomienda utilizar guantes para proteger la piel del vinagre y del detergente, y para evitar cortes o rasguños al manipular herramientas oxidadas. Trabajar en un área ventilada evita olores fuertes y posibles molestias.