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El cuerpo habla sin filtros, y en sueños no hay vergüenza que lo frene. Foto: Internet/Sueño
¿Y si no era solo calentura?
Capaz en tu día a día estás apagada. En piloto automático. Con una vida sexual que ya no te mueve. Y entonces aparece el sueño: directo, provocador, incómodo… pero honesto. Porque ahí no fingís. Ahí te animás a vivir el deseo sin explicaciones.
No es que querés hacerlo en la vida real en plena plaza, pero algo en vos pide pista. Movimiento. Juego.
El inconsciente no se sonroja
Lo hermoso —y brutal— de soñar con sexo en público es que pone en escena tus ganas de ser vos, sin filtros. Porque en ese sueño no hay culpa. No hay pudor. Solo placer. Y por más que al despertar te tapes hasta la cabeza, sabés que algo se encendió. Y que quizás no lo querés apagar del todo.
Preguntas frecuentes:
¿Soñar con sexo en público significa que quiero hacerlo?
No literalmente. Pero sí puede hablar de un deseo de liberarte, de sentirte vista o de reconectar con tu deseo más salvaje.
¿Está mal si el sueño me excitó?
Para nada. Es completamente normal. El deseo no tiene moral. Lo importante es qué te despierta emocionalmente.
¿Y si sueño esto seguido?
Puede ser que haya algo que tu mente está tratando de decirte. Ganas de romper con lo rutinario, con lo contenido. Escuchá esa incomodidad: puede ser el principio de algo nuevo.