Por su parte, el embajador Beltramino destacó el sentido de la entronización: “Se trata de un símbolo de fe que trasciende fronteras y que hoy queda plasmado en este lugar de oración universal. Es un orgullo para la Argentina poder ofrecer esta obra al Vaticano con el esfuerzo conjunto de artistas y benefactores de nuestro país”. El diplomático resaltó la dimensión comunitaria e histórica de la iniciativa.
La artista Florencia Delucchi, autora del mosaico, compartió también su emoción: “Este trabajo ha sido una experiencia de vida, un diálogo con la Virgen que me acompañó en cada paso del proceso creativo. Haber visto la imagen instalada en los Jardines Vaticanos es un regalo que me supera y me compromete aún más con mi vocación”. Sus palabras reflejaron la impronta personal que imprimió a la obra.
Un proyecto con el impulso de la comunidad argentina
En representación del Gobierno argentino estuvo presente el subsecretario de Culto y Civilización, Agustín Ezequiel Caulo. También asistieron autoridades de la Curia Romana, miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, religiosos y laicos de la comunidad argentina en Roma.
El proyecto fue promovido por la Cancillería Argentina y la Secretaría de Culto y Civilización a través de la Embajada ante la Santa Sede. La obra fue financiada íntegramente por benefactores privados y contó con el apoyo del Papa Francisco. El pontífice había observado la imagen ya concluida en febrero de este año, alentando la iniciativa desde sus comienzos.