Federico recordó que todo ocurrió en cuestión de segundos. “Yo vi que se prendió fuego entero, estaba al lado mío. Fue horrible. Los profesores salieron corriendo, uno fue a buscar un guardapolvo y se lo tiró encima para apagarlo. Otro profesor también se le tiró encima, un capo. Pero nuestro profesor se escondió, es un pelotudo”, dijo con crudeza.
El rol de los docentes en medio de la explosión en Palermo
Según su testimonio, los docentes intentaron apagar las llamas como pudieron, sin contar con los elementos adecuados. “El fuego del alcohol no se apaga con agua, así que tiraron un guardapolvo encima. No había nada más para usar”, relató.
El estudiante también habló sobre la falta de medidas de seguridad en el aula donde se realizó el experimento: “No había ningún tipo de matafuegos ni elementos para apagar el fuego. Nos habían dado una planilla con reglas de seguridad al comienzo del año, pero nada más. Nunca vimos que se controlaran esas cosas”.
Federico explicó que se trataba de una clase abierta en el marco de una feria de ciencias, a la que podían asistir familiares y alumnos de distintos cursos. “Éramos todos de secundaria, de entre 13 y 17 años. Iban rotando por las mesas del laboratorio. Yo estoy en tercero, los que hacían el experimento eran de cuarto. Era la primera vez que usaban alcohol”, detalló.
Consultado sobre lo que vio en ese momento, el adolescente relató con voz temblorosa: “Fue una película de terror. Se prendió fuego entero. Creo que alguna partícula de alcohol se mezcló con el fuego cuando quiso apagar la mecha, y ahí se encendió la ropa. No sabés lo que fue, yo quedé paralizado. Me tuvieron que llevar de la mano porque no podía moverme”.
El joven también criticó la reacción de las autoridades escolares: “Nos dijeron que estemos tranquilos, que él estaba bien, que lo habían llevado al hospital. Pero estábamos todos muy conmocionados, deberían haber suspendido las clases. Muchos chicos estaban llorando, en shock”.