Curioso crucero

Los secretos del crucero swinger que pasó por Buenos Aires y Montevideo

Se trata de un viaje exclusivo para quienes practican encuentros sexuales con intercambio de parejas. Es sólo para mayores de 21 años y como todo mundo, tiene sus reglas y límites.
Todo lo que pasaba dentro del crucero swinger (Foto: Twitter)

Todo lo que pasaba dentro del crucero swinger (Foto: Twitter)

Más de 500 personas llegaron a Buenos Aires este fin de semana en un crucero para visitar la ciudad, como los tantos que arriban a la Terminal Quinquela Martín pero con una particularidad: se trató de todas parejas swingers.

El Azamara Pusuit comenzó su recorrido nueve días atrás en las costas de Río de Janeiro, Brasil. Navegó hasta Montevideo en Uruguay y ahora terminará su recorrido en la capital de la Argentina.

Se trata de un viaje exclusivo para quienes practican encuentros sexuales con intercambio de parejas. Es sólo para mayores de 21 años y como todo mundo, tiene sus reglas y límites. El barco fue contratado por la empresa estadounidense SDC (Seek, Discover y Connect) que se encargó de toda la logística del viaje, que volverá este domingo vacío a las costas de Brasil.

Todo lo que pasaba dentro del crucero swinger

Según pudo saber A24, la mayor parte del barco lo componen grupos de brasileños y mexicanos. Entre las actividades, hubo fiestas eróticas, pool parties y talleres a cargo de expertos en "swingers".

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Al llegar a las costas argentinas, los cruceristas se encontraban con swingers locales que ya habían contactado en redes sociales.

Antes de subirse al viaje, los participantes recibían las reglas de convivencia y comportamiento por escrito, que además eran explicadas en los talleres donde se debatía sobre el particular mundo. En una de las piletas se permitía el desnudo completo, mientras que en el resto sólo se podía utilizar con traje de baño puesto.

Había lugares en los que estaba permitido tener relaciones sexuales, como otras partes del barco que estaba prohibido. El cronista de A24 en Punta del Este contó: "Estaba también el juego de las llaves: la gente deja las llaves en un lugar y se 'olvida', viene otro, elige agarrar una y uno cuando entra a la habitación se encuentra a otra pareja".