

Camila Ávila es mendocina y se subió a un crucero el 4 de enero para trabajar durante cuatro meses, sin saber que en el medio la iba a encontrar la pandemia y convertirla en récord en aislamiento. La última vez que pudieron estar en tierra fue el 28 de febrero. Desde hace 118 días de cuarentena el barco se encuentra varado en medio del océano navegando y sin casos de COVID-19.