El regreso de Miguel Ángel Russo a Boca no fue simbólico ni decorativo. Desde el primer minuto, el DT campeón de América en 2007 con el club dejó en claro que no vino a ver qué pasa. A poco más de una semana para el viaje rumbo a Miami, donde el Xeneize debutará ante Benfica en el Mundial de Clubes, el entrenador comenzó a marcar su impronta con decisiones fuertes.