La entrega del obsequio se dio en el marco de la última audiencia general del año en el Vaticano, donde el Papa también dedicó un mensaje de esperanza y reflexión a los fieles. Durante su discurso, Bergoglio pidió rezar por el fin de las guerras que afectan al mundo: “No olvidemos a los pueblos que sufren. Palestina, Israel, Ucrania, Myanmar… Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de la paz”.
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Además, el Sumo Pontífice inauguró un nuevo ciclo de catequesis titulado “Jesucristo nuestra esperanza” e hizo un llamado especial a valorar la compañía de los ancianos en las fiestas: “Son un don de Dios que debemos agradecer y cuidar. No permitamos que estén solos durante estas fechas”.
Por último, Francisco alentó a las familias a mantener viva la tradición del pesebre en sus hogares como un símbolo de espiritualidad y cultura: “Es un modo sugestivo de recordar a Jesús, que vino a habitar entre nosotros”.
Con este encuentro y el simbólico regalo, Banfield se suma a los clubes argentinos que han tenido el privilegio de estar presentes de alguna manera en la vida de un Papa que nunca deja de mostrar su pasión por el fútbol.