El vínculo de Felipe Melo con Boca no es nuevo. En 2023, cuando Fluminense enfrentó a River en la fase de grupos de la Copa Libertadores, el cuadro brasileño utilizó las instalaciones de Casa Amarilla para entrenarse, donde el presidente Jorge Amor Ameal le obsequió una camiseta. Su fanatismo por el Xeneize generó críticas por parte de los hinchas de River, sobre todo después de aquel cruce en el Monumental, que culminó con victoria del equipo argentino por 2-0.
El origen del amor de Felipe Melo por Boca y Riquelme
En una entrevista con TyC Sports, Felipe Melo contó cómo nació su admiración por Boca y sus ídolos: “Yo vi jugar a Riquelme, después jugué contra él en Villarreal. Vi jugar a la Brujita Verón, ese era una cosa de locos, es uno de mis ídolos máximos. Después no hace falta hablar de Maradona. Más tarde Schiavi, que pegaba unas patadas de abajo que me encantaban”.
A pesar de que en su momento manifestó el deseo de jugar en Boca, Melo cerró esa puerta al final de su paso por Fluminense, donde planeaba retirarse después de disputar el Mundial de Clubes 2024, algo que finalmente no ocurrió. “Mi pensamiento ahora mismo es dejar el fútbol en diciembre de 2024, pero si el presidente me dice un año más, sigo un año más”, había afirmado en su momento.
El futuro incierto de Felipe Melo
Desde que el presidente de Fluminense, Mario Bittencourt, anunció su salida del club, el futuro de Felipe Melo se convirtió en un misterio. Ganador de la Copa Libertadores 2023 y la Recopa Sudamericana, el mediocampista se despidió de la institución carioca y ahora evalúa propuestas. Algunos medios brasileños aseguran que podría colgar los botines para iniciar una nueva etapa como parte de un cuerpo técnico.