Esta situación le da a Boca una ventaja en términos de tiempo y descanso. Los dirigidos por Martínez tendrán seis días de preparación desde su derrota ante Racing hasta el momento en que el árbitro -aún por designar- dé inicio al partido contra River. Por el contrario, el Millonario, que jugará contra el Cacique a las 21:30 del martes, dispondrá de menos de cuatro días para recuperarse físicamente.
La programación de la Copa Libertadores en la misma semana que el partido más convocante del país supone un desafío extra para River, que deberá administrar esfuerzos para llegar de la mejor manera al clásico. Mientras tanto, Boca, al no tener actividad internacional tras su eliminación en los octavos de final de la Copa Sudamericana, volcará todas sus energías en intentar cambiar su presente el sábado.
Si esa diferencia de descanso influirá en el rendimiento en la cancha es algo que se verá cuando comience la acción en La Bombonera. No obstante, en Boca son conscientes de que esta ventaja debe ser aprovechada. De hecho, ya están tomando medidas al respecto, utilizando esta semana para recuperar a dos piezas fundamentales como Luis Advíncula y Edinson Cavani.