Robert Farsi era un nombre conocido y muy querido en Huinca Renancó. Había jugado durante años en Talleres de la ciudad, donde supo vestir con orgullo la camiseta del primer equipo. Con el correr del tiempo, se mantuvo ligado al fútbol a través del Torneo Senior, compartiendo pasión, amistad y compromiso con jugadores de su generación.
Quienes lo conocieron lo describen como un hombre de perfil bajo, generoso, de fuerte presencia dentro y fuera de la cancha. “Nadie puede creer lo que pasó”, dijeron entre lágrimas algunos de sus compañeros, conmovidos por una pérdida tan repentina como dolorosa.
Lo que debía ser una jornada deportiva de cierre y alegría terminó sumida en un clima de conmoción. La final, naturalmente, fue suspendida y los homenajes hacia Farsi no tardaron en multiplicarse. Desde publicaciones en redes sociales hasta reuniones informales en la cancha del club, vecinos, excompañeros y dirigentes recordaron su figura con respeto y dolor.
Robert Farsi tenía 42 años y una larga historia con la pelota. El último gol que marcó se convirtió en una postal tan triste como simbólica: un acto de amor al fútbol seguido de un adiós inesperado.
El municipio de Huinca Renancó, así como diferentes clubes de la zona, expresaron su pésame públicamente y no se descarta que se le rinda homenaje en las próximas semanas en distintos torneos amateurs de la región.
Más allá de la tragedia, su legado quedará grabado en quienes compartieron con él tantas tardes de fútbol. Porque Robert Farsi no solo fue un jugador, sino también un compañero leal, un vecino querido y un apasionado que entendía que el fútbol, incluso en su forma más amateur, es una forma de vida.
Hoy el fútbol de Córdoba está de duelo. Y Robert Farsi, ese jugador que hizo vibrar tantas veces las canchas del interior, será recordado por siempre por su entrega, su humildad y su amor incondicional por el juego.