El A525 es una evolución del modelo anterior (A524) y fue desarrollado bajo la dirección del francés David Sánchez, exFerrari, McLaren y Enstone. El nuevo diseño mejoró el chasis y su eficiencia aerodinámica, pero el principal obstáculo sigue siendo el motor Renault, que quedó obsoleto en la era híbrida iniciada en 2014.
Esa unidad de potencia arrastra una diferencia estimada de 20 a 30 caballos de fuerza respecto a las de Mercedes, Ferrari y Honda. Y lo más complejo es que esa brecha no puede reducirse, ya que la Fórmula 1 congeló el desarrollo de los motores desde 2022 hasta el cierre del actual reglamento técnico, previsto para fines de esta temporada.
Recién en 2026, con el ingreso de Mercedes como proveedor de motores para Alpine, se espera una mejora sustancial. Mientras tanto, Colapinto deberá lidiar con esa limitación, aunque dentro del equipo confían en que podrá mostrar mejores resultados que Doohan y, sobre todo, aprender, adaptarse y sumar al desarrollo del futuro coche.
“El objetivo con Franco no es que sea un Verstappen que enmascare los problemas del coche, sino que crezca, aporte técnicamente y se mantenga cerca –o delante– de Gasly”, explicaron desde Alpine, en un comunicado firmado por el flamante asesor principal Flavio Briatore.
Además de competir en pista, el piloto argentino de 20 años tendrá un rol clave en el desarrollo del chasis 2026, que será la gran apuesta de Alpine para regresar a la pelea en la zona media de la parrilla. De cumplir con esas expectativas, Colapinto no solo podría asegurarse su continuidad en la máxima categoría, sino también alimentar el fenómeno argentino que ya empezó a palpitarse en cada Gran Premio.