En la Selección Argentina, las cábalas se respetan. Y aunque las circunstancias obliguen a adaptarlas, no se rompen. Así lo demostró Rodrigo De Paul en la previa del duelo ante Chile por las Eliminatorias, cuando salió en soledad al centro del campo de juego para comer caramelos, como parte del ritual que habitualmente comparte con Leandro Paredes.