San Lorenzo, Independiente, Huracán y Platense buscarán cortar sus respectivas sequías en la definición del Torneo Apertura. Entre los cuatro suman más de un siglo sin títulos de liga.
El Torneo Apertura 2025 ingresó en su etapa final con una particularidad que lo vuelve histórico: los cuatro semifinalistas arrastran largas sequías sin títulos de liga o directamente nunca pudieron consagrarse. San Lorenzo, Independiente, Huracán y Platense irán en busca de una gloria esquiva, en una definición cargada de nostalgia, ilusión y promesas de revancha.
El caso más reciente es el de San Lorenzo, que no levanta un título de liga desde el Torneo Inicial 2013, con Juan Antonio Pizzi como entrenador. Aquel equipo cosechó apenas 33 puntos en 19 fechas y quedó en la historia como el campeón con menor cantidad de unidades en torneos cortos. Si bien en 2016 ganó la Supercopa Argentina ante Boca con un contundente 4-0, la espera en el plano liguero ya suma más de una década.
Independiente, por su parte, lleva más de dos décadas sin festejos en campeonatos locales. La última vez fue en el Apertura 2002, cuando el equipo dirigido por Américo Gallego fue campeón con figuras como Rolfi Montenegro, Pocho Insúa, Gabriel Milito y Andrés Silvera, goleador de ese certamen con 16 tantos. El Rojo sumó 43 puntos y superó a Boca en la tabla final.
En el caso de Huracán, la distancia es aún mayor: su último título de liga fue el Metropolitano de 1973, hace 52 años. Dirigido por César Luis Menotti, ese equipo es considerado uno de los más brillantes del fútbol argentino. Desde entonces, solo volvió a gritar campeón en la Supercopa Argentina 2015, cuando derrotó 1-0 a River con gol del chileno Edson Puch.
Por último, Platense busca hacer historia: es el único de los cuatro que nunca logró coronarse campeón de la Primera División. Su mejor campaña en la era amateur fue el subcampeonato de 1916, mientras que en la era profesional destaca la final de la Copa de la Liga 2023, cuando cayó 1-0 ante Rosario Central de Miguel Russo en Santiago del Estero.
Cuatro equipos. Una oportunidad dorada. Y la certeza de que el próximo campeón romperá una sequía que ya pesa demasiado.
