La gravedad del impacto fue evidente. Simpson fue el primero en acercarse, visiblemente preocupado, mientras ingresaban los médicos. Los árbitros revisaron la jugada y sancionaron al jugador de Charlotte con una falta Flagrante tipo 2, lo que derivó en su expulsión inmediata, al considerarse una acción peligrosa aunque sin intención.
El estadio enmudeció. Los médicos trabajaron para estabilizar a Wells, quien, al ser retirado, levantó una mano para calmar a los presentes. La ovación fue unánime. Mientras tanto, los compañeros de ambos equipos se arrodillaron para rezar. Ja Morant, visiblemente afectado, expresó más tarde: “Lo primero que vi fue sangre… Es duro, sobre todo para alguien que juega muchos minutos y es muy productivo”.
Horas después, el padre del jugador, Fred Wells, confirmó que su hijo estaba “despierto y alerta”, y su representante, Aman Dhesi, comunicó que sufrió una fractura de muñeca y dolores en la mandíbula, espalda y rostro. Aunque no hay parte médico oficial de Memphis, se estima que el tiempo de recuperación será de al menos dos meses, lo que prácticamente lo deja fuera de lo que resta de la temporada.
Por su parte, KJ Simpson también se pronunció en redes sociales: “Mis oraciones están con Jaylen Wells. Jamás le haría eso a nadie a propósito. Lo siento muchísimo”.
Desde la clínica donde fue internado, Wells compartió una foto agradeciendo el apoyo. El deporte da revancha, pero por ahora, la NBA lo espera para la próxima temporada.