Por esas acciones, entre otras cosas, la Junior Chamber International, una organización presente en 124 países y con status consultivo en la ONU, lo preseleccionó este año entre los 20 jóvenes más sobresalientes del mundo y que impactan positivamente en sus comunidades. Daniel aparece en la categoría Asuntos públicos, legales y de gobierno.
Al conocer la designación, el emprendedor aseguró que “la generación de políticas públicas que promueven la innovación y el emprendimiento con impacto tiene como resultado directo un futuro sustentable, mayor empleo, disminución de inequidades sociales y la generación de más y nuevas oportunidades”. Y agregó que el mundo está cambiando la perspectiva de los negocios: “La tecnología abre puertas y esto es una oportunidad para la región, que hoy en día sólo reúne al 4% de las inversiones sustentables a nivel global”.
Aprender a emprender en la crisis
De aquellos años a comienzos del milenio aprendió mucho, de hecho, sostiene, fue todo un aprendizaje e impulso para después llevar adelante una idea, un negocio y un proyecto propio. “Mi primer emprendimiento llegó con nexoinmobiliario.com en 2008, cuando el desarrollo tecnológico aún era bajo en el país y el ecosistema de emprendedores muy incipiente”, recuerda. Desde entonces, empezó a entender e involucrarse con los diferentes actores que componen el entramado de los emprendedores.
Después de tres emprendimientos, pensó que era el momento de involucrarse de otra manera y cofundó la Asociación de Emprendedores de Argentina, donde fue director durante 4 años, lo que más adelante le sirvió para escalar regionalmente y cofundar la Asociación de Emprendedores Latinoamericana.
Desde ambas organizaciones participa en la elaboración de políticas públicas a nivel nacional y provincial para el sector, aunque ahora, considera, “es tiempo para un nuevo movimiento regional basado en emprendedores dispuestos a solucionar las crecientes inequidades sociales y ambientales en nuestra querido continente”.
En ese sentido, cuando habla de soluciones asociadas al triple impacto, lo toma casi como una consecuencia histórica natural. Según su particular visión, el emprendedurismo tuvo tres “grandes momentos” en Latinoamérica: “Una primera camada donde emulaban start-ups de países desarrollados (MercadoLibre, Despegar, etc.); una segunda ola de emprendimientos basados en economías de las plataformas (PedidosYa, Rappi, Cornershop, etc.); y un tercer período, actual, donde se incorpora un creciente interés por resolver temáticas puntuales para y por latinoamericanos y donde el triple impacto, justamente, promueve que lo económico esté arraigado en factores sociales y ambientales”.
Apoyar a los emprendedores
Argentina se ha destacado históricamente por un talento innato dentro del ecosistema emprendedor, el cual creció y se federalizó mucho en los últimos años, con una clara vocación por la innovación. Dentro de los desafíos más importantes asociados al emprendedurismo, Daniel destaca el “sostenimiento y generación de políticas públicas pro emprendimientos a lo largo del tiempo y un cambio cultural en el que se deje de pensar al mundo del negocio aislado del impacto social”.
En este sentido, reconoce, también se pueden mejorar otros aspectos como la progresividad tributaria en el desarrollo de emprendimientos, incentivos fiscales para el fomento de inversiones y la facilitación en operaciones cross-borders, entre otros. “Hoy en día hay muchas posibilidades de regionalización sin necesidad de grandes inversiones y es una oportunidad inmejorable en términos económicos”, explica.
Emprendedores y start-ups regionales
En su proyección, Daniel encontró varios puntos que lo motivaron a tomar la decisión de apoyar a otros emprendedores en el país y en la región. “Latinoamérica tiene un enorme potencial pero necesitamos resolver un problema estructural por el cual apenas 2 de cada 10 start-ups sobreviven a los primeros 5 años y sólo 14% de los emprendimientos en estadio temprano logra levantar fondos y escalar”, cuenta, y aporta que “el escalón más rico de Latinoamérica gana 22 veces más que la base de la pirámide, el 26% de los latinoamericanos son pobres y entre 7% y 10% son desempleados”.
Por estas causas, con ImpactLatam decidió “generar un impacto colectivo, crear una comunidad, facilitar el camino de crecimiento y escalamiento de emprendimientos de impacto y atraer inversores de todo el mundo que también valorarán nuestros emprendimientos”.
Con su plataforma ya están formando una comunidad con actores de varios países de Latinoamérica y actualmente colocaron el foco en la aceleración de emprendimientos de impacto económico, social y ambiental, de base tecnológica. “Ya acompañamos emprendimientos de Honduras y estamos comenzando procesos en Argentina y Chile. Nuestro compromiso inicial es acelerar 20 start-ups hasta el año 2022, sumar unas 100 dentro de la plataforma abierta y generar un acople con 10 inversores de impacto que acompañen a nuestros emprendimientos acelerados”.