

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó hoy que el nivel general del Índice de precios al consumidor (IPC) registró en junio una suba de 2,2% con relación al mes anterior, acumulando en el primer semestre de 2020 un incremento de 13,6%.
Según detalló el informe, la trayectoria interanual marcó una nueva desaceleración de hasta 42,8%, ubicándose por debajo de la observada en diciembre de 2019.
En el segundo trimestre, la inflación minorista continuó reduciéndose, promediando 1,8% mensual, en un contexto marcado por los efectos de la pandemia de COVID-19.
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— INDEC Argentina (@INDECArgentina) July 15, 2020
Los precios al consumidor (#IPC) subieron 2,2% en junio de 2020 respecto de mayo y acumularon un alza de 13,6% en el 1° semestre https://t.co/pWfDe8Uwoo pic.twitter.com/RIHrnw0O8Q
Las subas que se registraron en electrodomésticos, equipos de telefonía y otros equipos durables incidieron en los incrementos que se observaron en las divisiones Recreación y cultura (4,2%), en Equipamiento y mantenimiento del hogar (4,1%) y en menor medida en Comunicación (0,4%).
La división prendas de vestir y calzado (6,6%) fue la que mostró un mayor aumento a nivel nacional, y la que tuvo la mayor incidencia en la mayoría de las regiones. Esta suba, a su vez, explicó gran parte del incremento que exhibió la categoría Estacionales (4,8%) en el mes.
En el caso de los alimentos y bebidas no alcohólicas se mostró una variación de 1,0%, donde las subas observadas en Pan y cereales, Café, té, yerba y cacao, y Verduras, tubérculos y legumbres fueron compensadas por aumentos más moderados, e incluso bajas, en el resto de las clases que componen la división.
Asimismo, contribuyeron a la desaceleración la estabilidad de las tarifas de los servicios públicos. El menor dinamismo de los bienes respondió a las subas acotadas de los alimentos y bebidas, donde tuvieron fuerte incidencia los programas gubernamentales de administración de precios (Precios Máximos y Precios Cuidados).
La acotada volatilidad cambiaria en el marco del régimen de flotación administrada, la administración de la liquidez con los instrumentos de regulación monetaria y las políticas activas del Gobierno en materia de precios de referencia (Programa de Precios Cuidados) y de precios máximos, contribuyen a consolidar el proceso de desinflación.