Día a día la inflación impacta en el bolsillo de los argentinos y el asado – que supo ser un clásico de la mesa- se ha convertido en un lujo para pocos. De hecho, en un informe de la Federación de Comercio e Industria (FECOBA) destacaron la caída del consumo a partir del acceso del asalariado: en 2007, con un sueldo promedio se podía comprar 244 kilos; mientras en 2021, tan solo 129 kilos.