Estos son algunos de los datos que relevó el Indec en su Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que muestra una radiografía de las condiciones de vida en base a la situación de vivienda, el acceso a servicios públicos, educación y salud.
En medio de la discusión de una nueva Ley de Alquileres en la Cámara de Diputados, el informe señaló que un 63,4% de los hogares son propietarios de la vivienda y del terreno, mientras que el 6,2% de los hogares son propietarios de la vivienda solamente.
Este miércoles, los legisladores buscan avanzar en el debate para consensuar un dictamen con el foco en la duración de los contratos y la forma de actualizar los mismos. Mientras que el Frente de Todos apunta a mantener los tres años de alquiler mínimo y encarar las reformas con la mirada puesta en los incentivos; la oposición quiere volver a los dos años de duración y un sistema de actualización acordado entre las partes pero con topes.
Entonces, la reforma que se apruebe en el Congreso afectará las vidas del 19,6% de los hogares argentinos, que según el estudio del Indec son inquilinos.
La gran mayoría de las viviendas tiene condiciones "suficientes" para resguardarse de las condiciones climáticas como el frío, el viento, la lluvia o el calor. Esto se mide a través de la calidad de los materiales con los que están hechas las casas, advirtió la entidad estadística.
"De allí resulta que, al segundo semestre de 2021, el 82,2% de los hogares y el 78,8% de las personas habitan en viviendas cuyos materiales poseen calidad suficiente. Por otro lado, el 6,0% de los hogares habita en viviendas cuyos materiales poseen una calidad insuficiente y el 11,8% lo hace en viviendas cuyos materiales poseen una calidad parcialmente insuficiente. En el caso de las personas, estos porcentajes ascienden al 7,7% y 13,5%, respectivamente", dijo el Indec.
Otra de las variables que reflejan las condiciones de vida es el acceso a los servicios públicos: agua, cloacas y gas. El 89,0% de los hogares cuenta con acceso a la red de agua corriente; el 70,3% accede a la red de gas natural y el 74,2%, a la red de cloacas. De allí surge que el 11,0% de los hogares no accede a la red pública de agua corriente; el 29,7% no dispone de gas de red; y el 25,8% carece de conexión a las redes cloacales.
Respecto al agua, considerada un elemento vital para la subsistencia, casi la totalidad de los hogares tiene acceso a ella en el interior de su vivienda mientras que el 1,8% debe acceder al agua fuera de la vivienda. Este porcentaje asciende al 2,2% en el caso de las personas.
Dentro de quienes tienen acceso interno, obtienen el agua a través de la red pública de agua corriente el 87,8% de los hogares mientras que el 10,1% lo hace o a través de perforación con bomba a motor.
Por otro lado, se midió cuántos hogares están en condiciones de hacinamiento crítico, es decir, aquellas viviendas donde habitan más de tres personas por cuarto: un 2,3% de los hogares (unos 220.000), lo cual involucra al 4,7% de las personas (1.367.000). En cambio, en lugares con buenas condiciones en materia de privacidad, salud y generación de entornos aptos para el estudio y la socialización, en el 85,8% habitan menos de 2 personas por cuarto y en el 11,9% habitan de 2 a 3 personas por cuarto.
Una porción de la población, que suele ser la más vulnerable a los factores económicos y sociales, vive cerca de basurales, situación que puede afectar la salud de los habitantes. Otra está localizada en zonas de fácil inundación con la amenaza constante de perder sus bienes o dificultarse sus accesos.
Según el Indec, el 4,5% de los hogares habita en una vivienda cercana a basurales; esto significa que el 5,4% de las personas habita en dichas viviendas. Con respecto a las viviendas localizadas en zonas inundables, el 6,7% de los hogares –compuestos por el 8,0% de las personas– habita en dichas zonas.
Por su parte, el 95,5% de los hogares habita en zonas alejadas de basurales (a más de 3 cuadras de distancia), mientras que el 92,0% de los hogares habita en zonas no inundables (en los últimos 12 meses).