¿Cómo cambió la cultura del cine en los últimos 20 años?

¿Cómo cambió la cultura del cine en los últimos 20 años?

El séptimo arte deleita a millones y millones de personas alrededor de todo el mundo, y ya cuenta con una historia que, si bien no la posiciona como un arte antiguo o clásico, le otorga un respaldo con muchos años detrás. La cultura del cine ha ido atravesando distintas metamorfosis y cambios radicales.

Se dice que la historia del cine como espectáculo en sí mismo, comenzó en la mítica ciudad de París el 28 de diciembre de 1895. Desde entonces, la cultura del cine ha experimentado una serie de cambios en varios sentidos. Por un lado, la tecnología del cinematógrafo (figura profesional que desarrolla e investiga este arte), ha evolucionado mucho, desde sus inicios con el cine mudo de los hermanos Lumière hasta el cine digital del siglo XXI que se puede concebir y disfrutar hoy en día.

Por otro lado, ha evolucionado el lenguaje cinematográfico, incluidas las convenciones del género, y han surgido así distintos géneros cinematográficos. En tercer lugar, ha evolucionado con la sociedad, con lo que se desarrollaron distintos movimientos cinematográficos. Por lo tanto, son muchos los cambios que han impactado en la cultura del cine en los últimos 20 años, atravesados por las introducciones tecnológicas y los fenómenos sociales lógicos de cada comunidad alrededor del mundo.

¿Cómo impactó el feminismo en la cultura del cine?

Uno de los hechos que deja en evidencia todo lo mencionado anteriormente, es el impacto que ha tenido y conseguido el movimiento feminista en la cultura del cine. El machismo y las conductas patriarcales han sido moneda corriente durante muchos años de forma naturalizada y recurrente.

Es por ello que el feminismo, alrededor del mundo, incluso en Estados Unidos, se ha ocupado con mucho valor de desenmascarar comportamientos indebidos e incluso delitos de acoso, abuso, y violación sexual mantenidos entre directores, guionistas, actores prestigiosos y destacados, y mujeres inocentes.

La cultura del cine ha dado un giro radical: la sociedad misma ha llegado a rechazar producciones cinematográficas dirigidas por profesionales de la talla de Woody Allen, y actrices han rechazado propuestas millonarias de trabajo a los fines de evitar compartir el set con actores acusados de algún hecho de esta naturaleza.

Se trata, tal vez, de uno de los cambios más notorios que ha recibido la industria del cine y del espectáculo en general, impulsado por figuras como la destacada actriz Meryl Streep y otras.

¿Cómo se relacionan las nuevas tecnologías con los cambios en la cultura del cine?

Pero saliendo del tema anterior y abordando otro foco completamente distinto (pero también de los más relevantes), las nuevas tecnologías han modificado la cultura del cine de los últimos 20 años notoriamente.

Han posibilitado efectos especiales, creaciones de personajes y contenidos dentro del guion que tal vez nunca antes se habían imaginado los directores y cineastas más destacados.

El cine es, naturalmente, una disciplina artística muy dependiente de la tecnología: tanto, que sin ella no existiría. No ocurre lo mismo con otras artes como la escultura o la pintura. Aunque se puedan señalar precursores como las sombras chinas o la cámara oscura, el cinematógrafo, capaz de grabar y proyectar imágenes, es el invento que generó la primera experiencia colectiva de observar imágenes en movimiento.

Entonces, desde aquella primera proyección que comentábamos que nació en París han pasado 120 años, y en ese tiempo las imágenes que se consumen en “la pantalla grande” han dado un salto exponencial, así como las tecnologías con las que se producen.

Resulta emotivo y necesario destacar que, el “primer gran mago del cine” fue, sin duda alguna, el director George Méliès. Las películas de este ilusionista son una especie de teatro filmado, muy rudimentarias en lo narrativo, que se estudian en las carreras de artes visuales como origen esencial del cine.

En cambio, a nivel audiovisual llevaban al espectador a experiencias totalmente nuevas, empleando trucajes que en cierta medida se siguen utilizando en el cine actual. En su reconocida película “Viaje a la Luna”, que data del año 1902, la superposición de un acuario entre cámara y escena permitió simular un viaje submarino, y el uso de maquetas, poleas e hilos permitió a naves espaciales volar e impactar contra la luna en una de las imágenes más icónicas de la Historia del Cine.

Entonces, las películas del artista Méliès eran consideradas como una “atracción” o “feria” y en su momento hasta han llegado a ser rechazadas por directores que primaban más el drama que la acción. No obstante, la mayoría de las producciones taquilleras actuales suponen una vuelta a ese cine de atracciones, y se sustentan en las nuevas tecnologías para generar cada vez emociones más fuertes en el espectador.

Es necesario vivir las nuevas tecnologías como un cambio que favorece a la cultura del cine, ya que son inminentes. Y en tal sentido, no solo permiten estos efectos lúdicos y mágicos que proporcionan un vuelco sensorial al espectador, sino que hasta habilitan un nuevo canal de interacción y feedback con el público jamás pensado en años anteriores.

Por ejemplo, la película “Bandersnatch”, basada en la serie de Netflix “Black Mirror”, permitió que los usuarios fueran eligiendo el curso de las escenas y el desenlace clickeando botones del control remoto, una libertad totalmente impensada e innovadora en la cultura del cine.

Se habló de