La muerte de Mahsa Amini y la rebelión de las mujeres
Ahsa estudiaba en Teherán, la capital de Irán. Caminaba por la calle cuando efectivos de la policía de la moral la detuvieron por tener mal colocado el velo islámico. La policía la golpeó según los testigos y Mahsa terminó en terapia intensiva y murió tres días después.
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Mujeres en Irán, desafiando al podeer tras la muerte de Mahsa Amini. (Foto: Genitleza Daily Mail)
Su fallecimiento desató una ola de protestas que chocaron con una brutal represión. En apenas una año hay más de 500 muertos (muchos ejecutados en juicios sumarísimos) y 22.000 detenidas. De ellas, un número importante puede correr la misma suerte de ser condenados a la pena capital.
De moderación al verdadero rostro del régimen
Las protestas incluyeron a mujeres que incendiaron a los velos islámicos, cortaron sus pelos y comenzaron a mostrarse en espacios públicos con la cara descubierta. Mientras eso ocurría la ley de la sharía seguía aplicándose pero con algunas concesiones: por ejemplo, se desactivó la "policía de la moral", encargada de cuidar la buena aplicación de los preceptos de la ley islámica.
A un jugador de fútbol, gracias a la presión internacional, le cambiaron la sentencia a pena de muerte por el arresto por tiempo indefinido.
Pero eso duró solo unos meses. A principios de 2023, la policía de la moral reapareció en las calles y ahora llega esta ley a prueba.
Un ensayo de...¡tres meses!
Tras el informe de la Comisión Judicial y Jurídica del Parlamento, el proyecto de ley se sometió a votación con 152 miembros de la Cámara votando a favor, 34 en contra y siete abstenciones. Una clara mayoría a favor de agravar las penas a las mujeres infractoras.
Pero lo más grave, es el plazo para "probar". En tres años, basados en la experiencia inmediata, a las autoridades les sobra el tiempo para detener a una persona, practicarle y juicio sumarísimo y ejecutarlo. Para ese condenado, si dentro de tres años la norma se deroga, no habrá resarcimiento alguno.
El proyecto de ley, muy criticado por los diferentes entes de la ONU han criticado, busca que se haga cumplir sin excepciones el código de vestimenta obligatorio de la república islámica.
Se aclara que a los infractores le corresponderán multas económicas monetarias contra quienes no observen el código de vestimenta, pero no recomienda penas más severas. Aunque la puerta queda abierta para más detenciones masivas.