Jair Bolsonaro se quitó un escollo para su plan de volver a poner la estructura productiva de Brasil en funcionamiento. Como Donald Trump quiere hacer en los Estados Unidos.
Jair Bolsonaro se quitó un escollo para su plan de volver a poner la estructura productiva de Brasil en funcionamiento. Como Donald Trump quiere hacer en los Estados Unidos.
El presidente brasileño echó al ahora ex ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta y lo reemplazó por el médico oncólogo Nelson Teich. Y si bien no es un "aperturista" como otros candidatos señalados por la prensa brasileña, Bolsonaro se apresuró a remarcar que ya conversó con el nuevo ministro sobre cómo "abrir la economía del país".
Mandetta, en franco enfrentamiento a Bolsonaro, seguía la linea de la OMS: mantener el aislamiento social para detener la propagación de la pandemia, inclusive cuando esta medida implicara un elevado costo económico.
Ante el relevo, los dos presidentes de las cámaras legislativas expresaron su preocupación. Davi Alcolumbre (del Senado) y Rodrigo Maia (de Diputados) señalaron:
"La mayoría de los brasileños y las brasileñas espera que el presidente Bolsonaro no haya echado a Mandetta con la intención de insistir en una idea que perjudica la necesidad de distanciamiento social y estimula un falso conflicto entre salud y economía", dice el comunicado.
El mandatario respondió rápidamente acusando a Maia de ser un "conspirador" en contra de su gestión. "Su actuación es pésima", dijo Bolsonaro. "Parece ser que quiere sacarme del gobierno. Espero estar equivocado", comentó duramente sobre su principal opositor parlamentario.
También está enfrentado con el TSJ (Tribunal Supremo de Justicia). El máximo tribunal del país anunció que no avalará constitucionalmente ninguna decisión del Ejecutivo que se aparte abiertamente de los lineamientos de la OMS sobre la pandemia.
Además, el miércoles ratificó la potestad de los municipios para decidir, por ejemplo, el confinamiento en sus circunscripciones.
Pero Bolsonaro tiene otro plan. Totalmente opuesto. Anunció varias veces que se apresta a enviar una ley para modificar y ampliar las "tareas esenciales" permitidas en este momento. Por ejemplo, la reapertura de comercios y restaurantes.
"Sé y reitero que la vida no tiene precio. Pero el comercio y el empleo tienen que volver a la normalidad", dijo Bolsonaro.
Y agregó: "Como ya hemos conversado con el doctor Nelson (Teich), no lo más rápido posible, pero tiene que comenzar a ser flexibilizado para que exactamente, no sigamos sufriendo con esto".
Mientras tanto, Brasil tiene hasta ahora 30.891 infectados y 1.952 muertos por el coronavirus, mientras algunos investigadores sostienen que la cantidad de contagiados es muchísimo más elevada.