Los cardenales se reúnen y cada uno vota por una persona para que sea Papa. En la misma Capilla Sixtina instalan la chimenea donde quemarán las papeletas de cada voto.
Cuando ningún candidato consigue los dos tercios, se controla la combustión de la chimenea para que produzca un humo negro. En cambio, cuando un candidato consigue los dos tercios, sale humo blanco,
Antiguamente, el humo negro se producía al quemar papeletas de votación junto con paja húmeda y alquitrán, lo que daba lugar a una combustión incompleta que generaba partículas de hollín.
Hoy según dijo en The Conversation, Mark Lorch, profesor de Química y Comunicación científica en la Universidad de Hull, en el Reino Unido, el humo negro se genera mediante una combinación de perclorato de potasio, antraceno y azufre.
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Los133 cardenales se reúnen en el Vaticano para elegir al nuevo Papa tras la muerte de Francisco.
Por otro lado, el humo blanco, que anuncia la elección de un nuevo Papa, requiere una mezcla más compleja y controlada.
Esta mezcla incluye clorato de potasio, lactosa y resina de pino. El clorato de potasio, un oxidante más potente que el perclorato, asegura una combustión rápida y vigorosa. La lactosa, un tipo de azúcar, actúa como combustible, mientras que la resina de pino contribuye al color blanco del humo al liberar pequeñas gotas y partículas claras durante la combustión.
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El humo blanco se logra con clorato de potasio, lactosa y resina de pino para señales claras (Foto: REUTERS)
La historia de la fumata de humo negro y blanco
El uso de este tipo de señales en los cónclaves papales comenzó a formalizarse en el siglo XIX. En esa época, el humo negro se producía al quemar papeletas de votación junto con paja húmeda y alquitrán, lo que daba lugar a una combustión incompleta que generaba partículas de hollín.
Al comienzo, en el siglo XIX el público observaba la fumata, pero el significado era diferente al actual. Se quemaban papeletas y había humo. Eso significaba que aún no se había elegido al nuevo Papa.
En cambio, a principios del siglo XX se formalizó el uso del humo blanco y negro para comunicar sobre el desarrollo del cónclave. La técnica no siempre era clara, ya que el color del humo podía interpretarse de manera subjetiva, especialmente cuando aparecían tonalidades grises.