Elecciones en Bolivia 2
Elecciones en Bolivia: un sorpresivo candidato lideró los votos y complicó a los históricos. (Foto: Reuters)
El rol del MAS y la caída oficialista
Otro dato que marcó la jornada electoral fue el desempeño del Movimiento al Socialismo (MAS). El candidato oficialista Eduardo del Castillo, respaldado por el presidente saliente Luis Arce y vinculado al expresidente Evo Morales, terminó con el 3,14%, lejos de los puestos de definición.
A su vez, el ex presidente Evo Morales, imposibilitado de competir por la Justicia, militó por el voto nulo y sumó el 19,01%.
El retroceso del MAS confirma una tendencia que ya reflejaban algunos sondeos: la erosión del apoyo popular tras casi dos décadas de hegemonía política. Aunque Morales conserva influencia simbólica en algunos sectores, el espacio perdió fuerza en zonas urbanas y entre jóvenes, lo que debilitó sus aspiraciones de retener el poder.
Un voto de enojo y castigo
El ascenso de Paz fue leído por analistas como un voto de enojo contra el sistema político. Así lo expresó el politólogo José Luis Santisteban, quien sostuvo: “La sorpresa Rodrigo Paz es en contra del sistema político y de los viejos políticos que siguen participando. No es solamente en contra del MAS; hay un empute ciudadano frente a la vieja partidocracia”.
El análisis refleja que el electorado no solo castigó al oficialismo, sino también a figuras tradicionales de la oposición que habían encabezado la carrera, como Quiroga y Doria Medina. El resultado abre un escenario inédito: un candidato de perfil bajo y con escasa proyección en las encuestas se transformó en el principal referente de un nuevo bloque ciudadano.
Quién es Rodrigo Paz
Rodrigo Paz es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), pero construyó una carrera política con un estilo propio, alejándose de la vieja guardia que aún domina buena parte de la política boliviana. Su discurso, centrado en la renovación institucional, la transparencia y la lucha contra la corrupción, logró conectar con votantes desencantados de todos los sectores.
Su irrupción sorprendió por la magnitud del salto: pasó de ser un candidato marginal, con apenas un dígito en intención de voto, a liderar la elección en cuestión de semanas. Para muchos analistas, Paz encarna la necesidad de renovación generacional en la política boliviana, un terreno dominado durante décadas por Morales, Quiroga y otros nombres históricos.
La derrota de los favoritos: Quiroga y Doria Medina
El candidato presidencial boliviano Jorge Tuto Quiroga
Jorge “Tuto” Quiroga, candidato de las elecciones de Bolivia que irá a la segunda vuelta. (Foto: Reuters)
Hasta los días previos a la elección, los grandes favoritos eran Jorge “Tuto” Quiroga y Samuel Doria Medina. Ambos venían liderando las encuestas con más del 20% cada uno, mientras Paz apenas superaba el 10%.
El domingo por la noche, la sorpresa fue contundente: Paz superó por varios puntos a Quiroga, que quedó segundo. Doria Medina, en tanto, no logró capitalizar el voto opositor y se desplomó en el conteo oficial, quedando relegado de la posibilidad de llegar al balotaje.
El golpe político fue tal que en los bunkers de campaña de Quiroga y Medina se respiraba sorpresa y desconcierto, mientras los seguidores de Paz celebraban un resultado que hasta hacía pocas semanas parecía impensado.
El candidato presidencial boliviano Samuel Doria Medina
El candidato boliviano Samuel Dorio Medina. (Foto: Reuters)
El efecto en el Congreso
La elección no solo definió la presidencial. También se eligieron a 26 senadores y 130 diputados que integrarán el Congreso a partir del 8 de noviembre. Aunque el MAS perdió terreno en la elección presidencial, conserva una importante bancada legislativa, lo que podría complicar la gobernabilidad del próximo presidente.
El desafío de Paz, si logra imponerse en la segunda vuelta, será tejer alianzas para garantizar la aprobación de reformas en un Parlamento fragmentado.
La crisis económica como telón de fondo
La votación se desarrolló en medio de una crisis económica que marcó la agenda política de los últimos meses. Con una inflación acumulada del 23% en junio -la más alta en cuatro décadas-, escasez de dólares y dificultades para importar combustible, el electorado mostró un claro malestar con el rumbo del país.
Muchos analistas señalan que esta situación fue clave en el resultado: la gente votó pensando en su bolsillo y castigó tanto al oficialismo como a la oposición tradicional por no ofrecer soluciones claras.
Lo que viene en Bolivia
La segunda vuelta del 19 de octubre promete ser intensa. Paz deberá consolidar el apoyo de sectores independientes y sumar respaldos de otros espacios opositores para ampliar su ventaja. Quiroga, por su parte, intentará reagrupar fuerzas y presentarse como el único capaz de garantizar estabilidad.
El MAS, mientras tanto, enfrenta un dilema: apostar a un apoyo explícito a uno de los candidatos en carrera o replegarse en la neutralidad, pensando en preservar su base legislativa.