¿Cómo es posible un empate?
El presidente de Estados Unidos no se elige por el número de votos total obtenido a nivel nacional (conocido como voto popular), sino que se utiliza el sistema del Colegio Electoral.
Mediante este mecanismo, cada uno de los 50 estados del país aporta un número determinado de electores o votos electorales repartidos en función de su población.
La gran mayoría de estados entregan todos sus votos al candidato que gane los comicios en el estado, de manera que quien venza en California se lleva los 54 votos de ese estado y el que lo haga en Wyoming se embolsa los tres votos que allí están en juego.
En total, el Colegio Electoral está compuesto por 538 votos electorales y se convierte en presidente quien logre al menos la mitad más uno, es decir la cifra mágica de los 270.
Pero hay un pequeño detalle a tener en cuenta. Al ser 538 un número par, existe la posibilidad de que Harris y Trump empaten a 269 votos cada uno.
¿Qué ocurrió cuando se produjo un empate en el pasado?
En las elecciones de 1800, el filósofo político, tercer presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson del Partido Demócrata Republicano,** derrotó al presidente federalista John Adams.
En aquella época, los candidatos presidenciales tenían un compañero de fórmula de un estado diferente, similar a los candidatos actuales a la vicepresidencia. Los electores tenían que emitir dos votos cada uno: el candidato más votado se convertía en presidente, mientras que el segundo más votado se convertía en vicepresidente.
Sin embargo, los del Partido Demócrata Republicano no se coordinaron bien, por lo que su candidato a la presidencia (Jefferson) recibió el mismo número de votos que su candidato a la vicepresidencia (Aaron Burr).