Pero todo comenzó en julio pasado, cuando Barbara tuvo que ser internada en un centro geriátrico de Bradwell Hall al ser diagnosticada con Alzheimer, publicó el diario inglés Mirror, quienes contaron la tierna historia.
Pero en sus más de 60 años de casados, Lewis nunca había dejó de besarla. Así que tuvo que acceder ante los protocolos de visitas y verla una vez a la semana, a través de una pantalla de vidrio.
Embed
Lewis y Barbara, antes de la pandemia del coronavirus. (Foto: fuente Mirror)
Lewis y Barbara, antes de la pandemia del coronavirus. (Foto: fuente Mirror)
Ellos se conocieron en 1958, dos años después se casaron y tuvieron dos hijas, las cuales les dieron en total cuatro nietos. Tuvieron una vida acompañándose, y esta separación no le hizo bien a ninguno y sobre todo, a Lewis.
La familia contó a la publicación que él se preparó para ese té de viernes como si hubiera sido una primera cita, hasta no durmió de los nervios que tenía. Las enfermeras no se quedaron atrás y ayudaron a Bárbara para que lo recibiera peinada y con las uñas pintadas.
Embed
Así Barbara le daba un beso en la mejilla al amor de toda su vida, Lewis, tras 8 meses sin poder tener contacto. (Foto: fuente Mirror)
Así Barbara le daba un beso en la mejilla al amor de toda su vida, Lewis, tras 8 meses sin poder tener contacto. (Foto: fuente Mirror)
Una de sus hijas fue quien insistió en la institución para que le permitan mudarse, a raíz de varias dificultades que él tiene de salud, y compartir junto a ella hasta el último segundo de sus vidas, sin nada que los separe nunca más.