La madre del joven de 18 años que mató a 21 personas en una escuela primaria de Uvalde, Texas, dijo que su hijo “no era un monstruo”, aunque confirmó que podía “ser agresivo” y también lamentó el asesinato de "pobres niños".
La madre del joven de 18 años que mató a 21 personas en una escuela primaria de Uvalde, Texas, dijo que su hijo “no era un monstruo”, aunque confirmó que podía “ser agresivo” y también lamentó el asesinato de "pobres niños".
Salvador Ramos entró corriendo al establecimiento educativo y abrió fuego. ”A veces tuve una sensación de incomodidad, como de ‘¿qué estás haciendo?’”, dijo Adriana Reyes en una entrevista con ABC News al ser consultada por los comportamientos de su hijo.
“Podía ser agresivo... si realmente se enojaba”, reconoció su madre.
El hijo de Reyes, Salvador Ramos, compró dos rifles de asalto este mes, poco después de cumplir 18 años, y los usó para llevar a cabo el segundo tiroteo más mortífero en la historia de los Estados Unidos. Según dijeron las autoridades, desde que compró el arma hasta llevar la matanza, pasaron ocho días.
"Todos tenemos rabia, es posible que algunas personas la tengan más que otras”, agregó la madre del adolescente.
Reyes expresó su dolor por los niños que fueron asesinados y aseguró en todo momento que no sabía que su hijo había estado comprando las armas. ”Esos niños... no tengo palabras”, dijo Reyes llorando. “No sé qué decir de esos pobres niños”.
Algunos compañeros de clase dijeron a ABC News que Ramos era conocido por luchar y amenazar a sus compañeros de estudios. Aseguraron además que exhibió un comportamiento cada vez más perturbador en los últimos dos años, amenazando al menos a un compañero de clase y acechando a otros, y que afirmó haberse provocado cicatrices en el rostro.
Salvador Ramos era un antiguo alumno del mismo establecimiento donde ocurrió la tragedia. Hace unos días volvió al lugar de estudios con dos rifles y con un objetivo en su mente: matar a niños de entre 7 y 10 años.
Salvador estaba obsesionado con las armas y con los cargadores. El tirador de Texas sufrió bullying de niño porque tenía dificultades para hablar y por la situación económica de su familia.
Ramos está acusado de dispararle a su abuela antes de manejar el auto de su abuelo hasta la Escuela Primaria Robb. Chocó contra un muro cerca de la escuela, bajó del auto con un fusil semiautomático tipo AR-15, y le disparó a dos personas que se encontraban afuera de una casa funeraria, quienes resultaron ilesas.
Después intercambió disparos con un agente de seguridad del distrito escolar, corrió hacia el interior y abrió fuego contra dos agentes de la policía de Uvalde que llegaban al lugar y se encontraban afuera del edificio. Todos los policías resultaron heridos.
Ramos se dirigió a dos aulas. “Ahí fue donde comenzó la carnicería”, dijo Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
La policía llegó al lugar de la matanza en respuesta a un informe de un vehículo accidentado. Al escuchar disparos provenientes de la escuela, corrieron adentro y fueron atacados a balazos. Algunos policías comenzaron a romper ventanas y a evacuar a los niños y maestros.
Unos 30 minutos después de que Ramos ingresara a la escuela, uno de los agentes de la Patrulla Fronteriza le disparó y lo mató.
Según los medios de Estados Unidos, después de hablar con compañeros de clase del asesino, siempre lo catalogaron como un niño que sufrió acoso escolar.