Fuentes hospitalarias confirmaron que el exmandatario llegó acompañado por policías que custodian su domicilio y por su esposa, Michelle Bolsonaro. Una vez ingresado, se le colocó suero para tratar el cuadro de deshidratación.
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Jair Bolsonaro fue internado de urgencia.
Su hijo Flávio aseguró a los periodistas que los estudios cardíacos dieron resultados normales, aunque la atención médica seguirá durante las próximas horas.
Una secuela que arrastra desde 2018
Este no es el primer episodio de salud que afecta a Bolsonaro. Desde el ataque con cuchillo que sufrió en la campaña presidencial de 2018, el exmandatario de 70 años padece crisis recurrentes de hipo que en varias oportunidades derivaron en vómitos y descompensaciones.
El pasado domingo, de hecho, había estado internado en el mismo hospital para someterse a exámenes médicos de rutina. En aquella ocasión, los estudios detectaron anemia y una tomografía reveló una imagen residual de neumonía reciente, según el portal OGlobo.
El trasfondo político: una condena histórica
La internación ocurre en un contexto marcado por la histórica condena que recibió el expresidente. El Tribunal Superior de Justicia de Brasil lo sentenció la semana pasada a 27 años de cárcel tras encontrarlo culpable de haber impulsado un intento de golpe de Estado contra la democracia brasileña.
Se trata de un fallo sin precedentes en la política reciente del país, ya que nunca antes un expresidente había enfrentado una pena de esta magnitud. La resolución incluyó también restricciones estrictas a sus actividades públicas y el cumplimiento inicial de la condena bajo prisión domiciliaria en su residencia de Brasilia.
Expectativa por la decisión judicial tras su cuadro de salud
La situación médica abre un nuevo interrogante sobre cómo cumplirá Bolsonaro su condena. Fuentes cercanas al proceso judicial adelantaron que la defensa podría solicitar que la prisión domiciliaria se mantenga indefinidamente por razones humanitarias, basándose en los informes médicos que documentan sus complicaciones de salud.
Según trascendió en medios brasileños, el tribunal deberá evaluar si el cuadro clínico del exmandatario es compatible con un eventual traslado a una prisión común, o si corresponde garantizar que siga cumpliendo la condena en su domicilio con vigilancia policial.