Los super gusanos, criaturas mutantes desarrollados en China. (Foto: Captura de TV)
La ruta de la seda es para China el camino de su influencia geopolítica. Pero en el plano concreto de la producción de ese tejido, el gigante asiático acaba de anunciar que está en condiciones de volcar al mercado un elemento revolucionario: la superseda, más resistentes que el nylon y seis veces más duros que el Kevlar (una fibra sintética de alto rendimiento).
Gracias a una criatura mutante lograda por ingeniería genética: gusanos modificados con genes de arañas.
Mediante la ingeniería genética, los científicos chinos lograron crear un animal que puede ser catalogado de mutante. Es un gusano que puede producir seda, pero con un aditivo especial: el aporte de las redes de las arañas.
Con esa mezcla mediante el ADN de ambos bichos, en china consiguen que la seda de estos gusanos es tan duro o difícil de cortar solo con la mano como el nylon y además son tan resistentes como el kevlar, el material usado en los chalecos antibalas.
Por lo tanto, sus posibilidades son múltiples. La seda se asocia a ropa o complementos de calidad, suaves. Pero si al mismo tiempo son tan resistentes, pondrían emplearse en ropas de uso habitual, que sean capaces de resistir el ajetreo diario. ¿Podría haber jeans de seda, por ejemplo?
En el otro extremo, en el de la seguridad, los chalecos o elementos de protección podrían ase mucho más flexibles con el mismo grado de efectividad. Otro ejemplo: ¿tener una remera, un buzo de mangas largas o una gorra o un sombrero de seda, pero aprueba de balas?
Es el gusano que produce la seda. Los chinos aprendieron a multiplicarlo en criaderos para disfrutar de su seda en cantidades industriales. Ahora, gracias a la "versión mutante", el aporte de los genes arácnidos le da la capacidad de producir esa superseda resistente. Hubo un primer paso hace mucho tiempo. El "Bombyx" pasó de "mandarina a mori".
Este gusano no se convierte en mariposa, pero sigue produciendo seda. Este adelanto de la genética la vuelve tan dura como el kevlar.
Además, se han convertido en súper gusanos, o sea, sólo necesitan 6 semanas para multiplicar por 40 su tamaño. Claro que cuanto más grandes son, más seda "especial" producen". Aportan unos ovillos que pueden llegar a tener unos 1.000 metros de seda. Un kilómetro.
Parece la fusión de El Hombre Araña de Marvel, con el enemigo de Shazam, "Mister Mind" un gusano gigantesco.(Dato al pasar: Shazam era antes el capitán Marvel, pero DC Comics-la editora de Superman y Batman -reclamó por un supuesto plagio de una tercera empresa, ganó el litigio y pasó de marca con la pérdida de su nombre).
Pero volvamos a la realidad.
Lo primero para destacar es que produce mucha más seda que el gusano normal. Además esta propiedad de utilizarla en la protección de las personas no sólo se logra con prendas más adaptadas al cuerpo humano y su movilidad. Son infinitamente menos contaminantes que lo que sucede en el proceso de lograr un chaleco antibalas de Kevlar.
Sus aplicaciones pueden enriquecer muchos campos. Por ejemplo, uno de los autores del estudio, Junpeng Mi, de la Universidad de Donghua apunta: "Este tipo de fibra se puede utilizar para suturas quirúrgicas, atendiendo una demanda global que supera los 300 millones de procedimientos al año”.
En el parate mundial de la pandemia, conseguir los hilos de sutura para las operaciones comenzó a ser un problema y lo mismo ocurre en países con duras crisis económicas.
Es decir, estos gusanos mutantes podrán producir seda a gran escala, con mejores propiedades y bajo costo. La ecuación perfecta.
Queda un problema por solucionar. Las arañas aptas para este aporte a la criatura mutante tiene una costumbre compleja: son caníbales. Se pueden comer a otros ejemplares similares o incluso a los gusanos. Esto complica su almacenamiento y tenencia para los estudios.
La manipulación genética permite que parte del contenido de las glándulas con las que las arañas generan su tela se adapten a los pequeñas tenazas de los gusanos y allí generan la seda superresistente.
Tal vez haya que modificarles genéticamente a las arañas su dieta, para que dejen de alimentarse con sus propias compañeras en este adelanto notable para la ciencia y la industria.