"Mecheros for export": la pista que hizo caer a 5 argentinos que robaban en los shoppings de Miami
Se los acusa de integrar una banda especializada en robos en los centros comerciales. Se decidió un operativo para su captura porque la información reunida hablaba de un regreso preparado para nuestro país.
De acuerdo con información policial, el grupo operaba de manera coordinada dentro del centro comercial. Dos de los implicados simulaban ser clientes interesados y mantenían ocupados a los vendedores con consultas prolongadas, mientras el resto aprovechaba los descuidos para ocultar prendas y productos electrónicos en mochilas preparadas para eludir los sistemas de seguridad. Esta modalidad habría permitido cometer múltiples robos sin levantar sospechas durante varios días.
El valor del botín incautado, según estimaciones preliminares, superaría los 100 mil dólares. Los detenidos quedaron alojados en una dependencia policial del condado de Miami-Dade y aguardan la audiencia judicial en la que se formalizarán las imputaciones.
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Los cinco argentinos presos fueron identificados como: Diego Luis Xiccato, de 46 años; Mauricio Ariel Aparo-Orlando, de 49; Sebastián Luis Moya, de 41; Juan Manuel Zuloaga-Arenas, de 49; y Juan Pablo Rua, de 45. Se los detuvo poco antes de regresar a nuestro país. La investigación logró determinar, que en principio, iban a volver este miércoles a nuestro país.
Mecheros for Export, pero detenidos
La policía logró llegar hasta los "mecheros de exportación" tras una serie reiterada de robos similares en los centros comerciales. Especialmente, en el Miami Dolphin uno de los más conocidos de la ciudad norteamericana.
el dolphin shopping de Miami
El Dolphin Shopping de Miami, el lugar preferido para actuar por parte de los "mecheros for export". (foto: página on line del centro comercial de Miami)
La detención de estos cinco ciudadanos argentinos fue el resultado de un operativo encubierto que se activó porque al estudiar las denuncias , había un "modus operandi" que se repetía.
Los comerciantes alertaron por pérdidas constantes que no podían explicarse con simples errores administrativos. En todos los casos aparecía el mismo denominador común: clientes que ingresaban en grupo, realizaban consultas extensas y salían sin concretar compras, justo antes de que los empleados advirtieran faltantes de mercadería. Al igual que lo que muestran reiteradamente locales en nuestro país, con el robo calificado con la modalidad de "mecheras o mecheros". Con esa información, las autoridades montaron un discreto operativo de vigilancia con personal de civil y agentes de seguridad privada del shopping.
El día de las detenciones, los sospechosos ingresaron al centro comercial cerca del mediodía, cuando la afluencia de público es mayor y la atención de los vendedores se dispersa. Según la reconstrucción policial, el grupo se dividió en dos. Dos de ellos entraban primero a los locales elegidos y comenzaban a pedir talles, colores o modelos inexistentes. Así, dividían a los empleados y los distraían, haciendo que fueran a lugares diferentes del negocio.
Mientras tanto, los otros tres se desplazaban entre percheros y exhibidores con movimientos calculados. Las prendas y productos pequeños eran ocultados en mochilas especialmente adaptadas con compartimientos internos para dificultar la detección por parte de los sensores electrónicos. Otro aspecto que también conocemos por las mecheras: los "bolsillos especiales" algunos con una tela que no permite que se activen las alarmas de la ropa.
También utilizaban camperas amplias para disimular bultos. En algunos casos, se registró el uso de etiquetas falsas y envoltorios improvisados para hacer pasar mercadería robada como si ya hubiera sido pagada.
Pero toda esa logística, en apariencia muy bien pensada, chocó con algo básico que descubrió la policía. La modalidad era la misma en todos los robos reportados. Otro detalle que ahora se sabe, con la mercadería decomisada, es que la mayoría se corresponde con ropa de marcas que están presentes en nuestro país. Por lo que se cree que podía robarse para venderse en algún lugar comercial de la Argentina o la venta online rápida, sobre la base de ser artículos conocidos aquí.
Los agentes que seguían al grupo observaron cómo repetían el mismo procedimiento en al menos cuatro locales distintos en menos de una hora. La orden de intervención se dio cuando los sospechosos intentaron abandonar el shopping por una de las salidas laterales, evitando las más concurridas. Allí, personal uniformado y de civil los interceptó de manera simultánea para impedir que se dispersaran. Fue en ese momento en que los interceptaron y les preguntaron de donde eran: "Argentina", fue la respuesta.
Durante la requisa se encontraron prendas de marca, relojes, auriculares de alta gama y artículos electrónicos. Muchos de ellos, sin comprobantes de compra, uno de los "procedimientos" de los delincuentes para hacer pasar como propias las prendas o artículos que robaban. Todos fueron trasladados a una dependencia policial del condado, donde quedaron alojados a la espera de la audiencia judicial.
La fiscalía considera que no se trataba de hechos aislados, sino de una operatoria planificada. En base al material secuestrado y a registros de cámaras de seguridad, se investiga si el grupo habría actuado en otros centros comerciales del área metropolitana y si existe una red más amplia detrás de los robos. No se descarta que parte de la mercadería estuviera destinada a reventa informal o incluso a envíos fuera del país.
jueza y un argentino detenido
Uno de los argentinos, con ropa de presidiario, comparece ante la jueza por los cargos de robo en un shopping. (foto: Captura de TV)
Desde el consulado argentino en Miami indicaron que siguen el caso y que brindan asistencia consular básica a los detenidos, aunque aclararon que el proceso judicial depende exclusivamente de la justicia estadounidense. Los cinco sospechosos enfrentarán cargos por hurto organizado y podrían recibir penas que incluyen multas elevadas y prisión, según el monto final del botín que logre acreditarse.
Para los investigadores, el caso vuelve a poner bajo la lupa a bandas itinerantes que viajan como turistas y operan durante lapsos cortos para eludir controles. “No improvisaban. Cada movimiento estaba pensado para minimizar riesgos y maximizar ganancias”, resumió uno de los oficiales que participó de la detención. Y dejó esta recomendación a los medios que cubrieron la noticia: "Si están pensando en viajar para venir a robar, no lo intenten en Miami".