La orden de detención del candidato opositor, Edmundo González Urrutia, tiene un efecto contrario al que pretende Nicolás Maduro. Se multiplica el rechazo y los cuestionamientos a su legitimidad en el gobierno de Venezuela.
Nicolás Maduro, aislado internacionalmente por el pedido de detención de González Urrutia. (Foto: A24.com)
"El señor Urrutia es un cobarde", repite Nicolás Maduro, cabeza de un gobierno cada vez más autocrático y con mayores cuestionamientos en el exterior. La decisión de la Justicia - controlada por el chavismo - de ordenar la detención de Edmundo González Urrutia ha unificado a la oposición en Venezuela y aisló aún más al régimen en el exterior.
González Urrutia es la persona que ganó las elecciones presidenciales del 28 de julio según las actas que mostró la oposición y avalan muchos países en el mundo, entre ellos, la Argentina.
Sin embargo, la justicia venezolana ratificó que el vencedor fue Nicolás Maduro sin presentar ningún documento oficial. Además, ordenó detener al candidato de la oposición por presuntos delitos que llegan hasta la acusación de "terrorismo".
Colombia y Brasil, dos países que han sostenido hasta aquí a Maduro, ahora también rechazan ese pedido de detención.
Un informe de la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) dice que el gobierno chavista incrementó la represión del régimen con muertes, heridos y detenciones arbitrarias, justamente, desde la noche misma de las elecciones presidenciales tan cuestionadas por el resultado reconocido como "oficial".
Edmundo González Urrutia fue el candidato de la oposición que enfrentó en elecciones a Nicolás Maduro. Sin embargo, ese acto básico de una democracia, parace ser merecedor de múltiples acusaciones penales en su contra.
La Justicia convalidó el resultado a favor del mandatario - sin un solo documento que lo avale - y desde la noche siguiente al comicio comenzó la represión - con muertes incluidas - a todos los dicen que el chavismo fue derrotado en las urnas.
La fiscalía general citó tres veces a declarar al candidato opositor por supuestos delitos vinculados con las marchas y también por las actas de la elección que muestran un triunfo suyo con más del 60% de los votos. Como Urrutia nunca se presentó, la fiscalía ordenó su detención.
Es por eso que Nicolás Maduro lo llama "cobarde" y lo acusa de dirigir una campaña desestabilizadora contra su gobierno desde un lugar muy próximo a la "clandestinidad". En realidad, el líder opositor, junto con María Corina Machado, están a resguardo, justamente, para no ser detenidos por el régimen.
Pero esta medida - que todavía no se ha cumplido - parece ser el límite incluso para sus aliados en la región. En un comunicado conjunto, Colombia y Brasil, advierten: "Esta medida judicial afecta gravemente los compromisos asumidos por el gobierno venezolano bajo los Acuerdos de Barbados". Esos acuerdos se firmaron en ese país y tienen el aval de varios países, entre ellos, los Estados Unidos. Allí se determinó el proceso eletoral que terminó con el triunfo de González Urrutia y el chavismo desconoce.
En todo este tiempo, Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva, los presidentes de Colombia y Brasil, realizaron una serie de gestiones para buscar una salida "diplomática" al conflicto en Venezuela. Brasil llegó a proponer hasta la posibilidad de realizar una nueva elección.
La decisición de ordenar detener al candidato opositor ya no tiene ningún aval internacional de peso. Petro y Lula da Silva dejaron bien en claro con un comunicado que es su límite con Maduro. La posición de Colombia y Brasi llega al mismo tiempo que Ecuador pidió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas su intervención en el caso venezolano.
"Venezuela: Brutal represión contra manifestantes y votantes, Asesinatos y detenciones masivas tras las elecciones", dice el nuevo informe presentado por la organización Human Rights Watch. Para esta ONG internacional que defiende los Derechos Humanos, el gobierno bolivariano endureció la represión contra la oposición, sus líderes y los manifestantes.
El informe, en la presentación hecha en las redes sociales destaca como caso testigo la muerte de Isaías. HRW dice que se trata de un adolescente - 15 años asesinado en la calle durante las protestas en Venezuela.
Le adjudica la responsabilidad a Nicolás Maduro de la muerte de al menos 24 personas, y de detenciones arbitrarias que se incrementaron desde que las elecciones tuvieron un resultado desfavorable para el gobierno por las actas mostradas por la oposición. El informe de Human Rights Watch tiene una larga lista de hechos que marcan cómo el régimen se ha vuelto aún más autoritario.
Coincide en marcar al pedido de detención de Urrutia como la última manifestación de ese autoritarismo y represión cada vez más violenta. "El 2 de septiembre, un juez emitió una orden de captura en contra del candidato opositor Edmundo González por 'instigación a la desobediencia, conspiración' y otros delitos", condena el trabajo de HRW. Destaca que tanto para veedores internacionales como Naciones Unidas o el Centro Carter, el proceso electoral careció de transparencia e integridad y cuestionaron el resultado declarado. Se da crédito a que con el 81 % de las actas escrutadas, el candidato de la oposición, Edmundo González, obtuvo una ventaja significativa en la elección.
Sin embargo, el gobierno bolivariano desconoció ese resultado, dio ganador a Maduro y comenzó un plan represivo en Venezuela. Hubo en poco más de un mes, 24 muertos, centenares de heridos y personas detenidas solo por ser opositores.
Por eso la organización dice que se la comunidad internacional debe seguir con los llamados públicos y privados a Maduro para que ponga fin a las violaciones de derechos humanos, incluyendo la represión de manifestantes, publique las actas de escrutinio de cada mesa electoral y permita una verificación independiente de los resultados electorales. Así se logrará que se respete la voluntad del pueblo venezolano expresada en las urnas el 28 de julio.