Personajes

Oriana Fallaci, la dueña de un estilo inimitable

La periodista italiana creó un estilo duro para entrevistar y puso en problemas hasta a los dictadores más soberbios.
Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
Oriana Fallaci

Oriana Fallaci, modelo de periodista en todo el mundo, a 15 años de su muerte (Foto: Archivo)

“A todos aquellos que no gustan del poder”. Esa es la dedicatoria del libro “entrevista con la Historia”. Una de las obras más importantes de la periodista italiana Oriana Fallaci.

Ganó repercusión por ser la primera mujer corresponsal de Guerra. Cubrió activamente la guerra de Vietnam en 1967. Pero eso fue apenas un punto de partida.

Ha pasado a la historia como la periodista italiana más famosa (y una de las profesionales más reconocidas entre todos los periodistas del mundo), por su estilo frontal, directo, incómodo para sus entrevistados.

Especialmente pasaron momentos difíciles los grandes líderes mundiales que se atrevieron a concederle entrevistas. Porque Fidel Castro, por ejemplo, jamás accedió a sus numerosos pedidos.

Siempre estuvo guiada por una manera de cuestionar a fondo. Como le gustaba decir: “Quiero comprender de qué modo, estando en el poder u oponiéndose a él, ellos determinan nuestro destino”.

El fascismo de Mussolini, escuela para la resistencia

Oriana nació en 1929 y fue la mayor de cuatro hermanas. Edoardo, su padre, fue un albañil profundamente antifascista en el apogeo del poder de Mussolini. Fue detenido y torturado por los “camisas negras” del dictador italiano. Ese hecho y ese ambiente de opresión marcó a fuego a la pequeña Fallaci para sus días por venir.

Los puentes de Florencia

Los alemanes destruyeron los puentes de su ciudad, solo el “Pontevecchio” quedó en pie. Una adolescente Oriana cruzaba por las partes más bajas del río Arno a la otra orilla. Cuantas veces fuera posible llevando municiones para la resistencia partisana. Así recibió su primera distinción a los 14 años.

El periodismo desplazó a la “médica”

Siempre quiso ser escritora, pero se anotó en la carrera de medicina porque un tío suyo le dijo que le serviría para redactar y contar historias.

Mientras estudiaba tenía que mantenerse. Así que empezó a trabajar…como periodista. Comenzó a escribir en un periódico florentino. Cuando su “protector”, el tío Bruno Fallaci (también periodista) vio sus escritos también le dio un consejo: que dejara la medicina y se volcara plenamente al periodismo.

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Oriana Fallaci, una las periodistas más destacadas de la historia (Foto: Archivo)

Oriana Fallaci, una las periodistas más destacadas de la historia (Foto: Archivo)

La impronta del carácter desde el inicio

Fallaci se trasladó a Milán en los años 50. Se inició en un periódico en el que su tío era editor. Para no mostrar favoritismo le daba las “peores coberturas”. Oriana consiguió trabajo en “L’Europeo” y allí cimentó su fama como periodista. También mostró su gran personalidad desde el vamos. Se negó a escribir un artículo deliberadamente en contra de Palmiro Togliatti. El político comunista, compañero de ruta del teórico del “eurocomunismo”, Antonio Gramsci.

Los años 60 transformaron todo, también a Fallaci

En la efervescencia de cambio cultural en todo occidente, Oriana se traslado a Nueva York para ver de cerca a la transformadora sociedad norteamericana, los hippies, la contracultura y la guerra de vietnam.

Así surgió su libroLos siete pecados capitales de Hollywood”, una cruda radiografía de los que ocurría en la meca del cine. Cinco décadas antes del “me too” que llevó a varios productores y actores a perder sus trabajos y a la cárcel por el acoso como forma de otorgar papeles en las películas. La valía de sus investigaciones se explican con un solo detalle: Orson Welles escribió el prólogo de ese libro.

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La primera mujer corresponsal de guerra. En Vietnam 1967 (Foto: archivo )

La primera mujer corresponsal de guerra. En Vietnam 1967 (Foto: archivo )

La guerra de Vietnam, un impacto profundo

Oriana Fallaci se convirtió en la primera mujer corresponsal de guerra. Como representante de su periódico, L'Europeo, viajó doce veces a lo largo de 7 años. Su carácter fue puesto nuevamente a prueba.

Fue tan crítica de la invasión norteamericana como de las acciones del Frente Nacional de la Liberación del Vietcong, la mitad comunista de Vietnam. Todo quedó reflejado en su libro Nada y así sea en 1969.

Allí por ejemplo cuenta que pidió entrevistar a los pilotos norteamericanos que bombardeaban al vietcong: "Quiero saber lo que siente un hombre cuando lanza bombas sobre otro" escribió Oriana Fallaci. La respuesta la dejó demudada: "Nosotros, los pilotos, matamos sin ensuciarnos las manos, sin ensuciarnos los ojos, sin ensuciarnos nada", contestó uno de ellos.

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Vietnam: Criticó con la misma dureza a las tropas invasoras de estados Unidos como a las respuestas del VietCong (Foto: Archivo)

Vietnam: Criticó con la misma dureza a las tropas invasoras de estados Unidos como a las respuestas del VietCong (Foto: Archivo)

1968: Estados Unidos en un año clave

Fallaci dejó el campo de batalla de Vietnam para volver a los Estados Unidos. Siguió atentamente los convulsionados meses de 1968.

Cubrió las profundas repercusiones tras los asesinatos, ese año, de Martin Luther King en Memphis y de Robert Francis Kennedy en Los Ángeles. En plena efervescencia por los derechos civiles, el “flower power” y la resistencia a la guerra de Vietnam.

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Con Robert Kennedy, asesinado en 1968 (Foto: Archivo)

Con Robert Kennedy, asesinado en 1968 (Foto: Archivo)

Como buena periodista, Oriana Fallaci era universal. Trabó una relación de amistad duradera con los astronautas de la misión Apollo especialmente, con Neil Armstrong.

En su libro Quel giorno sulla luna” (Aquel día sobre la luna) contó que el comandante de la Apollo XII, Charles Conrad le pidió un consejo: qué decir luego del famoso “un pequeño paso para un hombre, un salto gigante para la humanidad”, de Armstrong (el primer hombre en pisar la luna).

Conrad era bajo de estatura y Fallaci le hizo una sugerencia. El mundo la escuchó cuando al pisar la superficie selenita dijo: “Para Neil sería un pequeño paso, pero para mí ha sido muy grande”.

Herida y dada por muerta en México

Oriana Fallaci cubrió una manifestación en la capital mexicana en las vísperas del inicio de los juegos olímpicos de 1968. En la protesta, las fuerzas policiales reprimieron con gran violencia. Murieron más de 250 personas. Fallaci recibió un tiro y fue dada por muerta. La llevaron a la morgue de un hospital. Allí un sacerdote vio que aún vivía y logró salvarla. “Fue una masacre peor de las que vi en la guerra”, escribiría poco después.

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Con el líder de China comunista, Mao Tsé Tung (Foto: Archivo)

Con el líder de China comunista, Mao Tsé Tung (Foto: Archivo)

"Entrevista con la Historia"

Probablemente es el libro que mejor resume la importancia dentro del periodismo mundial y su estilo incisivo único. Sin contemplaciones, sin importar quien fuera el entrevistado.

  • Henry Kissinger

Al poderoso secretario de Estado norteamericano lo describió así: "Personaje increíble, inescrutable, absurdo en el fondo, que se encontraba con Mao Tsé Tung cuando quería, entraba en el Kremlin cuando le parecía, despertaba al presidente de los EE.UU. o entraba en su habitación cuando lo creía oportuno…. No disparaba pero aconsejaba guerras, terminaba guerra, pretendía cambiar nuestro destino e incluso lo cambiaba”.

A ese hombre, Oriana Fallaci lo puso tan incómodo con sus preguntas que Kissinger confesaría: “Otorgar esa entrevista fue la decisión más desastrosa en toda mi vida”.

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entrevista con Yasser Arafat (Foto: Captura de Pantalla)

entrevista con Yasser Arafat (Foto: Captura de Pantalla)

  • Yasser Arafat

En 1972 se entrevistó con el líder de la por entonces, guerrilla palestina, Yasser Arafat. Siempre lo llamó, en cada una de sus preguntas por su nombre como combatiente, Abu Ammar.

Un momento clave de la nota fue cuando le dijo: “Conclusión, ustedes no desean en absoluto la paz que todos auspician”.

La respuesta de Arafat fue contundente: “¡No queremos la paz!, Queremos la guerra, la victoria. La paz para nosotros significa la destrucción de Israel y no otra cosa.”

(Nota: en 1994, Arafat recibió el premio Nobel de la Paz. En conjunto con el premier israelí, Isaac Rabin, por los acuerdos de Oslo de 1993)

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Se plantó ante el Ayatollah Khomeini y se quitó el chador en su presencia (Foto: Archivo)

Se plantó ante el Ayatollah Khomeini y se quitó el chador en su presencia (Foto: Archivo)

  • El Ayatollah Khomeini

Cuando el fundamentalismo islámico acabó con el gobierno del Sha Reza Pahleví comenzó el régimen de los ayatollah, imponiendo la estricta ley musulmana, la “Sharia”. Hasta Teherán llegó Oriana Fallaci, para entrevistarse con el líder religioso y político de Irán. Obligada a cumplir con las normas, debió cubrirse enteramente con el Chador para estar frente a Khomeini o no habría nota.

Fallaci inició inquiriendo cómo debía llamarlo porque el mundo lo veía como un dictador.

“Me lastima, porque es injusto e inhumano que me llame dictador”, respondió el ayatollah.

Oriana Fallaci fue una pionera en muchos campos, también en el feminismo. En las entrevistas no usaba maquillaje ni ropa llamativa, para estar en un plano de igualdad con los entrevistados. Si estaba con ellos era por su capacidad, su profesionalismo.

Cuando comenzó a preguntar y repreguntar por la condición de la mujer en ese nuevo Irán fundamentalista, Khomeini se irritó.

“Si no le gusta el vestido islámico no está obligada a llevarlo; el chador es para las mujeres jóvenes y respetables”, le espetó.

Oriana reaccionó quitándose el chador con un ademán furioso. Khomeini, que no aceptaba estar en presencia de una mujer con la cabeza descubierta, salió de la habitación.

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"Usted es un dictador", le dijo a Leopoldo Galtieri en 1982 y reclamó por los desaparecidos (Foto: Archivo)

  • El dictador Galtieri y el “enano fascista” de los argentinos

En 1982, llegó a nuestro país para entrevistar al general Leopoldo Galtieri. En vísperas de la derrota en la guerra del Atlántico sur. Fallaci fue muy crítica de la reivindicación sobre Malvinas, mucho más de la oportunidad de la guerra.

Por supuesto, reclamó por los hechos de desaparición y tortura en nuestro país.

La suya es una dictadura, señor presidente, no lo olvidemos”, resumió Fallaci.

Leopoldo Galtieri respondió: “Yo no lo llamaría dictadura. Aquí la gente habla más que en un régimen democrático. El régimen no es democrático, estoy de acuerdo. Pero no es ni siquiera duro como en otros países que se definen como democráticos.

Un año después estuvo en el programa “Tiempo Nuevo” con Bernardo Neustadt. El programa político más visto en esa época.

Allí fue muy crítica de la mayoría de la sociedad argentina, como cómplices silenciosos de la dictadura. Habló de un “enano fascista” que anidaba en la mayoría de los argentinos. Aún se debate si efectivamente, esa frase le pertenece. Pero con el registro de la entrevista no quedan dudas de su pensamiento. A continuación, el fragmento final de la entrevista.

Oriana Fallaci:- “Bueno, justamente, cuando sucede una cosa así, ¿qué pretenden? ¿Quieren que yo venga y los felicite? Puedo criticar al fascismo argentino porque soy ciudadana italiana y nací bajo el régimen fascista. La libertad no es una novedad…”

Bernardo Neustadt: - “Entonces, para cerrar el tema, ¿realmente piensa que el periodismo argentino es cobarde?”

Oriana Fallaci:-El periodismo no se puede dejar doblegar. Sin un periodismo de régimen una dictadura no puede sobrevivir. Sin un periodismo que acepta ser censurado y a la vez autocensura, las dictaduras no existirían…sin una televisión de régimen, las dictaduras no sobrevivirían".

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Con Alexis Panagoulis, héroe de la resistencia contra la dictadura de los coroneles en Grecia, su gran amor( Foto: Archivo)

Con Alexis Panagoulis, héroe de la resistencia contra la dictadura de los coroneles en Grecia, su gran amor( Foto: Archivo)

Su breve y gran amor

Conoció a Alexandros Panagoulis, uno de los activistas griegos que enfrento a la dictadura de los Coroneles. Fue detenido y torturado por el intento de asesinato del dictador Georgios Papadopoulos.

Lo entrevistó en prisión y se enamoró de su personalidad. Cuando lo liberaron, en 1973, estaba esperándolo a las puertas de la prisión. Vivieron junto en una compleja relación y nunca se casaron. Panagoulis fue parlamentario en la nueva democracia griega.

Pero el 1° de mayo de 1976 murió en un accidente de tránsito. Fallaci siempre creyó que se trató de un atentado. Y le dedicó uno de sus mejores libros llamado “Un hombre”.

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Sus últimos años

Oriana Fallaci enfermó de cáncer. Retrasó sus operaciones y tratamientos para terminar unos libros. Se defendió de las críticas que recibió diciendo: “Un libro es como un hijo. Una madre siempre antepone a sus hijos aun a su propia salud. Eso es lo que hice”

Murió el 15 de septiembre de 2006. En Florencia, su ciudad. Su último deseo fue morir mirando el río Arno, ese que cruzaba a diario para ayudar a los partisanos contra Mussolini.

Un dato final sobre su dimensión personal y profesional: cumplía siempre con los contratos firmados, pero jamás permitió una corrección a su trabajo. Así como surgían de su mente, así debían publicarse.

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