Al momento de la votación, hubo que hacer un cuarto intermedio porque muchos legisladores de la oposición optaron por "demostrar en el lugar" las nuevas prohibiciones o delitos. Como está prohibido cortar calles, los senadores opositores... se sentaron en el piso para bloquear el paso de sus pares oficialistas.
Por supuesto, no faltaron las recriminaciones cruzadas a viva voz (de algún lado las hemos aprendido). Gritos enardecidos para defender el "orden y la seguridad" de los partidarios de Meloni. Opuestos a las no menos estruendosas quejas de la oposición que dicen que todo esto es otro paso más para restringir la libertad, el derecho a la protesta y que debilita a la verdadera democracia.
Penas más duras por manifestaciones públicas
Este es el punto por las que más protestas recibe el gobierno. Desde ahora, dice la oposición, cualquier marcha contra el gobierno de Meloni será declarado ilegal y sus protagonistas pueden ser no solo removidos de la vía pública sino que pueden terminar en prisión y con una causa en su contra.
También los sindicatos - en su mayoría orientados por la centro izquierda o también por el comunismo - ya anticiparon que no abandonarán las calles y preparan, justamente, una marcha en señal de rechazo. Ahí podrá estrenar Georgia Meloni su ley antipiquetes hecha "a la carta".
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La protección legal para la policía y las fuerzas antidisturbios también se modificó. El artículo 19 se ha endurecido y será un agravante la violencia y resistencia contra funcionarios públicos. Ese criterio se extiende desde ahora a casos como los bloqueos a obras públicas o dependencias oficiales.
Una de las propuestas, que se transformó en ley, tuvo menos discusión. Es la que establece penas más severas para los "okupas". En Italia, como en España y otros países de Europa, el acceso a la vivienda es un problema enorme para los jóvenes, aun aquellos que tienen trabajos bien remunerados.
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En Italia, como en casa
Los gobiernos de derecha están en auge en muchos lugares del mundo. En Europa hay una ola que va ganando en las votaciones parlamentarias, que obliga a esfuerzos de alianzas a los socialdemócratas con otros partidos para no perder el poder. Con la llegada de los gobiernos de centroderecha, las leyes tienden a endurecerse. El debate caliente en Italia por requisitos más duros para obtener esa nacionalidad, aún no se ha acallado.