"Vos sos mía y de nadie más, y te voy a matar”, fueron las palabras que le dijo Daniel Ferradans a Natalia Lagos, quien era su expareja.
"Vos sos mía y de nadie más, y te voy a matar”, fueron las palabras que le dijo Daniel Ferradans a Natalia Lagos, quien era su expareja.
El hombre la secuestro del balneario de Canelones y se la llevó en su automóvil. La locura terminó de la peor manera, ya que Ferradans estrelló deliberadamente el auto que conducía contra una cabina en un área de peaje. Cuando llegó la policía, Natalia Lagos ya había fallecido por las heridas causadas por la violencia del impacto. El conductor está detenido y acusado de femicidio.
En cambio, Ferradans tenía varias heridas de consideración, pero lograron sacarlo del vehículo y llevarlo a un hospital.
El femicidio no fue el único delito que cometió el hombre. Cuando fue en busca de la mujer, ella estaba con otro hombre. Para poder llevársela, Ferradans no dudó y atacó con un cuchillo a esa persona, que quedo herido e indefenso. El asesino tuvo entonces el dominio de la escena. Obligó a Natalia a subir al auto y lo condujo hasta estrellarlo contra un puesto de peaje.
La familia de Natalia no sale de la indignación contra el asesino, Daniel Ferradans, expolicía en el Uruguay. Dicen que Ferradans tuvo varios episodios de violencia física contra Natalia en el tiempo que fueron pareja.
La familia Lagos tiene desde hace generaciones un puesto en la Feria de Costa de Oro. Cuando su madre murió de cáncer, ella siguió con el negocio. Como necesitaba un ayudante contrató a Ferradans (29 años), un policía retirado.
Poco después, comenzaron los problemas. La familia averiguó que Daniel Ferradans tenía antecedentes de violencia doméstica. Intentaron advertirle a Natalia, pero fue tarde, ya que habían iniciado una relación sentimental.
Por esa desconfianza, él nunca se integró a la familia Lagos. Hubo otra advertencia que también fue inútil. En una ocasión, Ferradans trajo a la casa de Natalia un hijo de cinco años que tuvo con su anterior pareja, quien lo había denunciado por violencia doméstica. El ahora acusado de femicida debió llevar una tobillera electrónica durante un tiempo.
Solo tres semanas antes de este terrible desenlace, la hermana de Natalia, Yanina, le preguntó: “¿Por qué dejás que te pegue? Papá nunca hizo eso con nosotras".
Sin embargo, Natalia seguía unida al expolicía violento, aun cuando una tía de Ferradans le advirtió que lo dejara: "Si te sigue pegando, te va a matar", le dijo.
Finalmente, por los golpes reiterados, Natalia se convenció de que debía dejar a Ferradans y, sobre todo, echarlo del negocio y de su vida.
Así se lo hizo saber, pero Ferradans se volvió todavía más irritable. Se fue del lugar, aunque acosaba y amenazaba por el celular a Natalia. Ella asustada le comentó a sus familiares que el expolicía era muy peligroso y que tenía miedo.
Pero poco después comenzó otra relación que a Natalia la hizo sentir más segura. Sin embargo, Ferradans no pudo dominar sus celos enfermizos - aunque ya no eran pareja - y mucho menos refrenar su violento comportamiento. Así se desencadenó este triste final para Natalia.
Ferradans siguió asediando a Natalia pese a que ella tenía ya otra compañía. Incluso la torturaba emocionalmente porque le recordaba que su hermano se suicidó deprimido por la muerte de la madre de ambos por cáncer. "Si me muero es porque vos me mataste", le respondía Natalia según le contó su hermana, Yanina, a la justicia.
En ese clima de acoso permanente y violencia, el expolicía irrumpió la noche del desenlace en la casa de Natalia. Allí estaba Franco Aranda, un amigo que conocía de la época de la escuela. El grito de Natalia sobresaltó a Franco que se encontró de frente con el expolicía. Lo miró y le gritó a Franco: “¡Te voy a meter una puñalada. Quedate quieto. Te voy a dar un corchazo!”.
Aranda le pidió que no lo matara porque tenía un hijo de otra relación. Entonces Ferradans tomó un cuchillo y se lo clavó en una pierna. De inmediato tomó a la mujer y se la llevó hasta un automóvil. Huyo del lugar, en Canelones, a 50 km de Montevideo, a toda velocidad.
Pero al llegar a un área de peaje, aceleró y estrelló el auto contra los muros de protección de las cabinas. Por el impacto Natalia murió instantáneamente. Ferradans quedó herido, pero vivo, atrapado entre los hierros retorcidos de automóvil.
Mientras se repone de las heridas, Ferradans está detenido y la justicia lo procesó por varios delitos graves.
De las primeras pericias, el fiscal está convencido de que no fue un accidente. Deliberadamente, Ferradans estrelló el vehículo para acabar con la vida de su expareja.
En principio, los medios uruguayos consideran que Ferradans recibirá una condena, como mínimo a 30 años de prisión.