Erik De Mourna vivía en el décimo piso del edificio Champlain Towers que se derrumbó en Miami, Estados Unidos, y gracias a la insistencia de su novia se salvó la vida.
Erik De Mourna vivía en el décimo piso del edificio Champlain Towers que se derrumbó en Miami, Estados Unidos, y gracias a la insistencia de su novia se salvó la vida.
La noche previa a la tragedia que cobró la vida de 24 personas, el joven brasileño fue a la casa de su pareja, Fernanda Figueredo, donde se iban a juntar con otros dos amigos para disfrutar el partido de fútbol de Brasil contra Colombia.
Luego de entretenerse un rato compartiendo charlas, la pareja invitada decide irse, y Erik tenía pensado tomar la misma decisión, ya que al otro día debía levantarse temprano para una sesión de entrenamiento personal. Sin embargo, su novia le pidió quedarse esa noche a tomar unas cervezas más y dormir, él dudó : "Quería ducharme y dormir cómodamente. Pero ella insistía en que me quedará". Más allá de sus responsabilidades, De Mourna cedió ante la insistencia y se quedó en el hogar de Figueredo.
El joven recuerda que se acostó aproximadamente 30 minutos después del derrumbe que hizo desaparecer a 150 personas y su hogar. En la mañana del jueves cuando despertó a las 5.30 y buscó su teléfono se encontró con muchos mensajes, llamadas perdidas con la noticia y allegados preocupados por su estado. Alarmado, lo primero que hizo fue llamar a la encargada del edificio, Rochelle, quien ni bien atendió le dijo: “Dios mío, estás vivo”. El hombre no podía creer la situación, hasta que Rochelle le envió fotos de su hogar.
Desde ese día visitó varias veces los escombros, y sigue conmocionado por el accidente que cobró la vida de dos amigos. Erik emocionado en una entrevista para CNN dijo: “Para mí, para Fernanda, esto es definitivamente un milagro. Esto es un acto de Dios”.