Historias

Alfredo Yabrán: vida y muerte del poderoso empresario que mandó a matar a José Luis Cabezas

Fue uno de los hombres más influyentes de los años 80 y 90. Acorralado, Alfredo Yabrán se suicidó en el marco de la causa que investigaba el crimen de José Luis Cabezas.
Ayelén Bonino
por Ayelén Bonino |
Alfredo Yabrán. Foto: Télam. 

Alfredo Yabrán. Foto: Télam. 

Alfredo Yabrán no lo imaginaba, pero los dos tiros que la madrugada del 25 de enero de 1997 mataron al reportero gráfico José Luis Cabezas también marcarían su destino.

Hijo de una familia siria emigrada a la localidad de Larroque, Entre Ríos, Alfredo Yabrán dio sus primeros pasos en el mundo de los negocios con la venta de software para computadoras. Astuto, se convirtió con los años en el dueño de Ocasa, una empresa de clearing bancario; y adquirió agencias de seguridad privada y hasta de taxis aéreos.

Para la década de los años 90, llegó a manejar el correo privado a través de Oca; los negocios en Ezeiza y otros aeropuertos a través de depósitos fiscales con EDCADASSA; y la carga y descarga de aviones con Intercargo; entre otros. Todo, adquirido mediante prácticas mafiosas y contactos fluidos con los políticos de turno. Su fortuna rondaba por entonces en los 400 millones de dólares y era considerado uno de los empresarios más poderosos del país.

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Alfredo Yabrán. Foto: archivo.

Alfredo Yabrán. Foto: archivo.

“El cartero” -como le decían- solía operar de forma subrepticia y, a contra mano de la época -donde la mediatización de la vida privada comenzaba su auge-, casi no existían entrevistas suyas. Hasta se jactaba de que “ni la SIDE” tenía una foto de él. Su hermetismo con la prensa era tal que los fotógrafos que se acercaban a las rejas de sus mansiones eran expulsados a los tiros por los guardias privados. “Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro”, solía decir.

Su suerte comenzó a cambiar en 1995 cuando Domingo Cavallo lo denunció como parte de una "mafia" que controlaba el ingreso y egreso de bienes al país ante el Congreso de la Nación, en el marco de una guerra por la venta del Correo argentino. En ese contexto, el reportero gráfico de la revista Noticias José Luis Cabezas y su compañero, el periodista Gabriel Michi, decidieron fotografiarlo en sus vacaciones, mientras caminaba por la playa junto a su mujer en Pinamar. La imagen y la nota se publicaron en el verano de 1996.

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La foto de Alfredo Yabrán tomada por José Luis Cabezas en 1996.

La foto de Alfredo Yabrán tomada por José Luis Cabezas en 1996.

Un año después, en enero de 1997, Cabezas fue secuestrado y asesinado de dos tiros por el subcomisario Gustavo Prellezo y una banda de criminales de la localidad de Los Hornos. El homicidio tuvo lugar en una cava a la altura del kilómetro 385 de la ruta 11 en Pinamar y significó un verdadero tembladeral. Ocurrió en plena temporada alta y en una ciudad que era el epicentro de veraneo de lo más alto de la política y el jet set local.

El homicidio de Cabezas fue uno de los ataques más violentos contra la prensa desde el retorno de la democracia. Al pasar el tiempo, se supo que Prellezo mantenía llamadas regulares con Gregorio Ríos, un exmiembro del Ejército que se desempeñaba como el jefe de seguridad de Yabrán. Con el correr de los meses, el cartero se vio acorralado y su suerte quedó echada cuando la agente de la Policía Bonaerense Silvia Belawsky, ex mujer de Prellezo, señaló al empresario portal como el autor intelectual del crimen.

José Luis Cabezas, el fotógrafo asesinado en 1997 (Fuente: Télam)
José Luis Cabezas fue asesinado en el verano de 1997.

José Luis Cabezas fue asesinado en el verano de 1997.

En este marco, el juez federal de Dolores Luis Macchi, lanzó un pedido de captura. Cercado, el 20 de mayo de 1998, Yabrán se ocultó en una de sus propiedades, la estancia San Ignacio, un lugar recóndito que bordea el arroyo Gená, cerca de la localidad de San Antonio, en Entre Ríos. Paró en el lugar junto a sus caseros: un joven de 26 años llamado Leonardo Aristimuño y su mujer, Andrea Biordo. Con ellos pasó sus últimos minutos de su vida, hasta que cerca de las 13 de ese día efectivos policiales de Gualeguaychú y Concepción del Uruguay allanaron el lugar.

José Luis Cabezas y el suicidio de Alfredo Yabrán: dos muertes que marcaron una época

Cuando los oficiales ingresaron a la coqueta casona color rosa, Yabrán se había escondido en la habitación principal, pero la llave puesta del lado de adentro de la puerta delató su presencia. Tras conseguir otra llave y desplazar la que colgaba desde el interior, la policía se dispuso a entrar. En ese momento, el empresario metió en su boca una escopeta Baikal 12.70 y se disparó.

La noticia de la muerte de Alfredo Yabrán, difundida en exclusiva en la radio LT41 de Gualeguay, desató un verdadero terremoto político en el país: el entonces presidente Carlos Menem, quien se había mostrado cercano al magnate postal, convocó una reunión de emergencia en la residencia de Olivos y los medios se hicieron eco con titulares de impacto.

El suicidio del poderoso hombre de negocios era difícil de creer. Los vecinos de Galeguaychú, San Antonio y Larroque, su pueblo de origen, dudaban y especulaban con la idea de una fuga secreta hacia el sur entrerriano. Muchos afirmaban que al momento del hecho lo habían visto cargando nafta o al volante de su 4x4.

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El lugar donde mataron a José Luis Cabezas, en Pinamar.

El lugar donde mataron a José Luis Cabezas, en Pinamar.

En la autopsia, a su cuerpo se le extrajeron muestras de cabello y vísceras que fueron analizadas en el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA en Capital Federal. Los resultados, a los que se les sumó estudios dactiloscópicos y más tarde de ADN fueron contundentes: se trataba de Yabrán. A esto se le sumaron cuatro cartas que Aristimuño le entregó a la justicia, en las que el empresario se despedía de su familia y apuntaba contra el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde.

Menos de un mes más tarde, la jueza de Graciela Pross Laporte cerró la causa sobre la investigación de la muerte de Yabrán sin haber tomado ninguna medida para explorar la posibilidad de un suicidio inducido. Poco después, el tribunal de Dolores a cargo del juez Luis Macchi también cerró la investigación por el crimen de Cabezas, confirmó que el instigador del homicidio había sido Yabrán e impuso penas ejemplares. Sin embargo, a veinte años del homicidio, todos los implicados en el asesinato del fotógrafo están en libertad.

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