En cuanto a la evolución médica, el panorama sigue siendo delicado. Angelina permanece internada en el Sanatorio de la Trinidad de Ramos Mejía, donde un equipo interdisciplinario trabaja contrarreloj para estabilizarla.
“Sigue en estado crítico, pero estable. No ha tenido complicaciones hasta el momento. Los médicos están trabajando fundamentalmente sobre la presión intracraneana”, detalló González Prieto.
El dato que más preocupa es que el proyectil continúa alojado en la nuca, en una zona extremadamente sensible del cráneo, lo que impide una intervención inmediata sin riesgos severos.
Las pericias médicas y balísticas confirmaron que la bala no tuvo orificio de salida, quedando alojada en la fosa posterior del cráneo, una región vital que alberga estructuras neurológicas clave. Este detalle agravó considerablemente el estado clínico de la nena.
Según el parte médico difundido, la imposibilidad de extraer el proyectil de manera inmediata obliga a los profesionales a monitorear minuto a minuto la evolución neurológica, evaluando constantemente cuándo será el momento más seguro para una eventual cirugía.
Pese a la gravedad, un dato alentador fue comunicado por los familiares: Angelina no presenta compromiso motor, lo que mantiene viva la esperanza de una recuperación, aunque el pronóstico sigue siendo reservado.
Mientras la menor pelea por su vida, la investigación judicial avanza con un dato inquietante. La Justicia confirmó que hubo varios tiradores durante la madrugada de Navidad en la zona donde ocurrió el hecho.
La causa está a cargo del fiscal Mario Ferrario y la fiscal Valeria Courtade, quienes trabajan junto a la Policía local en el análisis de pruebas recolectadas en el lugar.
“Se están realizando pericias sobre las vainas y los plomos encontrados. Ya se confirmó que fueron varios los disparos y que hubo más de un tirador”, explicó González Prieto.
Este elemento cambia sustancialmente el enfoque de la investigación. Ya no se trata de un único irresponsable, sino de una sucesión de conductas peligrosas que terminaron en una tragedia.
A pesar de los avances, todavía no se logró determinar desde dónde salieron los disparos. Esa incógnita es clave para reconstruir la mecánica del hecho y avanzar con posibles imputaciones.
“La gran pregunta es desde dónde tiraron. ¿Fue desde una casa? ¿Desde un patio o una terraza? ¿Iban caminando por la calle? ¿Fue desde una moto o un vehículo en movimiento? Todo eso todavía no se pudo determinar”, explicó el periodista.
Los investigadores manejan distintas hipótesis y no descartan la existencia de armas en poder de delincuentes de la zona, una línea que podría abrir nuevos allanamientos en las próximas horas.
Otro punto central de la causa es la identificación del arma utilizada. Las pericias sobre la tomografía de Angelina indican que el proyectil sería de calibre .38, aunque los expertos no descartan que se trate de una bala de 9 milímetros, uno de los calibres más utilizados en armas de fuego.
La dificultad principal radica en que la bala aún se encuentra dentro del cráneo de la menor, lo que impide un análisis directo del proyectil. Por ese motivo, la Policía Científica debió trabajar sobre imágenes médicas de alta precisión para avanzar con las conclusiones.
“Por no tener acceso a la bala, el peritaje se realiza sobre la tomografía. Eso complejiza la tarea, pero no la imposibilita”, indicaron fuentes cercanas a la investigación.
Desde el momento del impacto, Angelina lleva más de 30 horas bajo estricta observación médica, en una sala preparada para responder ante cualquier complicación neurológica. Cada decisión médica se toma con cautela, evaluando riesgos y beneficios.
La familia permanece junto a ella, acompañada por profesionales de la salud mental y un entorno que intenta sostenerlos en uno de los momentos más difíciles de sus vidas.
El caso de Angelina volvió a encender el debate sobre los disparos al aire durante celebraciones, una práctica ilegal y extremadamente peligrosa que se repite año tras año en distintos puntos del país.
Cada bala que se dispara hacia el cielo tarde o temprano vuelve a caer, y cuando lo hace, puede transformarse en un proyectil mortal. Las estadísticas muestran que las víctimas suelen ser niños, adolescentes o personas que simplemente estaban en sus casas, ajenas a cualquier conflicto.
Vecinos de Morón reclamaron mayor presencia policial, controles más estrictos y sanciones ejemplares para quienes realicen disparos en contextos festivos.
Mientras la Justicia busca a los responsables y los médicos luchan por salvarla, Angelina se convirtió en el símbolo de una tragedia evitable. Una nena que debería estar disfrutando de sus vacaciones, rodeada de juegos y risas, hoy pelea por su vida debido a la irresponsabilidad ajena.
El caso sigue abierto, el dolor es profundo y la esperanza se sostiene minuto a minuto. La Navidad ya pasó, pero sus consecuencias aún retumban en Morón y en todo el país.