Aunque estaba entre sus afectos más cercanos, allegados sostienen que Natalie tenía pensamientos recurrentes sobre regresar a Brasil, lo que aumenta las sospechas de que podría haber intentado volver al país vecino.
El día de su desaparición, vestía un buzo amarillo y pantalones azules. Salió a correr por el barrio y, desde entonces, no se la volvió a ver. No llevó valijas ni ropa adicional, pero sí su celular, que permanece apagado o fuera de servicio.
La familia no tardó en activar la búsqueda. Se revisaron aeropuertos y terminales de ómnibus ante la posibilidad de que haya intentado salir del país. “Pedimos a quien tenga alguna información que se comunique con el 911 o al 1127180978”, suplicó un familiar en medio de la desesperación.
Desde su círculo íntimo aseguran que Natalie nunca solía ausentarse sin avisar, lo que intensifica la preocupación.
Los días previos y las señales de alerta
Allegados describen a Natalie como introspectiva en los días previos a su desaparición. Su regreso a Argentina fue impulsado por la necesidad de recibir tratamiento, pero la distancia con su esposo y el cambio de rutina parecieron impactar negativamente en su estado emocional.
“Ella no estaba bien, por eso vino acá. Vivía con su marido en Brasil, pero logramos que viniera para estar contenida por la familia y recibir atención médica. La acompañábamos al médico cada 15 días”, relató su hermana. Según afirmó, el esposo de Natalie “no quería” que ella regresara a Argentina, algo que finalmente ocurrió.
La familia enfrenta horas críticas en su intento de dar con Natalie. Si alguien tiene información sobre su paradero, se solicita que se comunique al 911 o al número 1127180978. Cualquier dato puede ser clave para resolver el caso y devolver tranquilidad a sus seres queridos.