La última vez que la familia vio a Aimé, la bombero voluntario
Aimé Castillo había sido vista por última vez cuando salió de la casa de su madre en Brandsen, apenas unos días después de la trágica muerte de su pareja, quien también formaba parte del cuerpo de bomberos local. Desde entonces, no había noticias de su paradero.
La desaparición de la bombera ocurrió en un contexto de duelo. Su novio se quitó la vida durante el Año Nuevo, hecho que golpeó fuertemente a Aimé. Tras este suceso, fue hospitalizada y luego dada de alta. Decidió asistir al velorio para despedirse por última vez. “Quería verlo por última vez”, expresó su hermana Micaela en diálogo con TN, revelando la fragilidad emocional que atravesaba Aimé en esos momentos.
Después del velorio, Aimé tomó la decisión de trasladarse a la casa de su madre en Brandsen, dejando temporalmente el hogar que compartía con su padre y hermana en San Vicente. Según relató su familia, el sábado por la mañana Aimé se mostró más tranquila. “Se despertó y parecía estar mejor. Mi mamá pensó que había una mejora”, explicó Micaela, sugiriendo que la joven estaba intentando recomponerse emocionalmente.
La última vez que fue vista fue alrededor de las 7:30 de la mañana, cuando su madre partió a trabajar. Al regresar a la 1 de la tarde, Aimé ya no estaba. Se habría marchado de la vivienda en una bicicleta naranja, sin dejar mensajes o avisos a sus familiares.
Cómo se enteró Aimé sobre la muerte de su novio
"El primero de enero a la madrugada me llama mi mamá y me dice que aparentemente se había quitado la vida a la pareja de mi hermana. A lo que yo obviamente me doy cuenta que mi hermana no lo va a tomar bien", relató Micaela, la hermana de Aimé, en exclusiva con A24.
Señaló que "él era bombero, tenía 47 años. Le había dejado cartas a ella y ella se quedó mirando todo lo que él le dejó. Le pedía disculpas, pero él ya venía con la depresión de hace un montón porque la ex mujer se ve que era una basura de persona y lo dañó mucho psicológicamente. Y bueno, mi hermana lo acompañó hasta donde pudo, pero él ya decidió no seguir".
"Ella estaba muy depresiva. Se tomó tres tabletas de pastillas, un vino, y se subió al techo del cuartel, pero sus compañeros la pudieron bajar y la llevaron en una ambulancia al Hospital donde le hicieron un lavado de estómago", recordó.
Y agregó: "Una vez que le hicieron el lavaje, no podíamos retenerla porque ella es mayor de edad. Nos dijeron que si le insistíamos mi hermana se iba a sentir aún más sola y menos acompañada si la dominaban en este aspecto, ella iba a querer ver y despedirse de su pareja", narró.