Loan Peña desapareció el 13 de junio de 2023, cuando tenía apenas cinco años, durante un almuerzo familiar en una casa de campo ubicada en la localidad de 9 de Julio, en la provincia de Corrientes. Según los primeros testimonios, el niño salió a caminar con un grupo de primos y adultos hacia un naranjal cercano y, en algún punto del trayecto, se le perdió el rastro de forma abrupta y sin testigos directos de su desaparición.
Desde ese momento, la búsqueda fue inmediata pero caótica. Las fuerzas policiales locales realizaron rastrillajes en los alrededores, especialmente en zonas de monte, chacras, arroyos y lagunas cercanas, con la ayuda de perros entrenados y drones. Sin embargo, no se halló ningún rastro contundente que permitiera avanzar en la investigación.
Con el paso de los días, las sospechas empezaron a recaer sobre el propio entorno familiar. La Justicia detuvo al comisario Walter Maciel, quien estaba a cargo de la comisaría local y del operativo de búsqueda inicial, acusado de encubrimiento agravado, lo que profundizó aún más la desconfianza sobre cómo se manejó el caso desde el inicio.
La nueva declaración del testigo reservado pone nuevamente bajo la lupa a los primeros operativos de búsqueda. La laguna que él señala habría sido rastrillada durante los primeros días posteriores a la desaparición, pero sin resultados positivos. Este hecho abre interrogantes críticos:
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¿Se hizo un rastrillaje exhaustivo en esa laguna?
¿Se utilizaron los recursos adecuados?
¿Hubo negligencia o incluso encubrimiento en el operativo?
Estas preguntas, que ya se habían instalado en el debate público meses atrás, ahora cobran nueva fuerza. Diversos familiares y allegados a Loan habían denunciado en su momento que los primeros rastrillajes se hicieron “a las apuradas” y sin respetar los protocolos adecuados, lo que habría permitido que se perdieran pruebas fundamentales.
La investigación sobre la desaparición de Loan ha pasado por múltiples etapas de estancamiento, cambios de fiscales y fuertes cuestionamientos políticos y judiciales. Los padres del niño, visiblemente desgastados, han pedido en reiteradas oportunidades que se aparte a quienes estuvieron involucrados en el operativo inicial y se conforme un nuevo equipo independiente.
La reciente incorporación del comisario Rodríguez al equipo fue vista como un intento de oxigenar la causa y buscar una perspectiva distinta sobre los hechos. Fue justamente después de su llegada cuando el testigo se presentó en la fiscalía para declarar. Este dato, aunque no implica necesariamente una conexión directa, ha generado expectativa sobre una posible “reapertura real” de la investigación.
Uno de los aspectos más polémicos del caso ha sido la sospecha de encubrimiento por parte de algunos de los adultos presentes el día de la desaparición y de funcionarios locales. La detención del comisario Maciel bajo esa acusación alimentó las versiones sobre un posible pacto de silencio o una cadena de negligencias que habría obstaculizado la búsqueda desde el principio.
Este clima de sospechas se intensificó cuando, a pesar del paso del tiempo y de los cambios en la investigación, no aparecieron pistas firmes sobre el paradero de Loan. En ese contexto, el testimonio reciente cobra un peso especial, ya que podría indicar que desde el primer momento hubo zonas clave que no fueron investigadas como correspondía, posiblemente de forma deliberada.
De acuerdo con fuentes judiciales, la fiscalía planea organizar un nuevo rastrillaje en la laguna indicada por el testigo, con un despliegue más amplio de recursos humanos, tecnológicos y científicos. Esto incluiría georradares, drones con sensores térmicos y equipos especializados en búsqueda subacuática.
El objetivo es descartar o confirmar la presencia de algún rastro del niño en esa zona. En paralelo, se analiza la posibilidad de abrir nuevas líneas de investigación que habían sido descartadas meses atrás por falta de pruebas, pero que podrían adquirir sentido a la luz de este nuevo dato.
La desaparición de Loan Peña también dejó al descubierto graves falencias en el accionar de las autoridades durante las primeras horas críticas. Diversos especialistas en búsqueda de personas han advertido que las primeras 48 horas son determinantes para hallar con vida a un niño desaparecido, y que en este caso hubo demoras, desorganización y contradicciones entre las distintas fuerzas de seguridad.
Los cuestionamientos políticos y judiciales no se hicieron esperar. Funcionarios provinciales y nacionales han intercambiado acusaciones sobre quién fue responsable de las fallas iniciales, mientras que la sociedad exige explicaciones claras y resultados concretos.
El caso Loan se convirtió en uno de los episodios más conmocionantes de los últimos años en la provincia de Corrientes. Su desaparición ha generado marchas, movilizaciones y campañas en redes sociales bajo el lema “¿Dónde está Loan?”, que siguen activas más de un año después.
La comunidad de 9 de Julio permanece marcada por la incertidumbre, el dolor y la desconfianza, mientras que los padres del niño continúan reclamando justicia y claridad en la investigación. Para ellos, cada nuevo indicio representa una esperanza, pero también un riesgo de volver a enfrentar la frustración y el vacío.
La aparición de este testigo reservado podría significar un punto de inflexión. Si bien no garantiza una resolución inmediata, su testimonio ha devuelto al caso a la agenda judicial y mediática, con la promesa de que la laguna señalada será revisada nuevamente y con todos los recursos disponibles.
En una causa plagada de demoras, errores y sospechas, esta nueva pista representa quizás una última oportunidad para romper el silencio y reconstruir lo que pasó aquella tarde en que Loan desapareció.