Una tragedia conmocionó este lunes a la localidad bonaerense de Glew, partido de Almirante Brown, cuando fue hallado sin vida un joven de 23 años en el interior de una casa deshabitada.
Una tragedia conmocionó este lunes a la localidad bonaerense de Glew, partido de Almirante Brown, cuando fue hallado sin vida un joven de 23 años en el interior de una casa deshabitada. El caso, repleto de elementos extraños y sin una hipótesis clara por el momento, se encuentra en plena etapa investigativa, mientras la policía busca a dos hombres que fueron vistos huyendo de la escena del crimen.
El fallecido fue identificado como Facundo Hernán Arreguín, un joven que, según los primeros indicios, fue asesinado a balazos durante la madrugada. La propiedad en cuestión, ubicada en la calle General Morillas al 300, se encontraba abandonada y en obras, lo que plantea aún más dudas sobre las circunstancias que lo llevaron hasta ese lugar.
Todo comenzó alrededor de las 7 de la mañana del lunes, cuando varios vecinos alertaron al 911 tras escuchar ruidos de disparos provenientes de una construcción cercana. El Comando Patrullas de la Policía Bonaerense acudió al sitio, donde se toparon con una escena de suma gravedad: el cuerpo de un joven yacía en el piso sin signos vitales.
De inmediato, los efectivos solicitaron la presencia de la Policía Científica, que constató múltiples heridas de arma de fuego en el cuerpo de la víctima: un disparo en el brazo derecho, uno en los glúteos y otro en la zona abdominal. En el lugar se recolectaron tres vainas servidas de calibre 9 milímetros, lo que confirmó el uso de esa arma en el crimen.
Sin embargo, lo que más llamó la atención de los investigadores no fueron solo los disparos. En la escena se hallaron elementos que aportan un velo de misterio al caso: en la ropa del joven asesinado se encontró un lápiz labial y una botella, mientras que dentro de la propiedad abandonada había un colchón, colillas de cigarrillos, sustancias compatibles con drogas y otra botella similar.
Además, los peritos hallaron una mochila que contenía documentos tanto del fallecido como de otro hombre, cuya identidad aún no ha sido revelada públicamente. La presencia de pertenencias ajenas sugiere que Facundo no estaba solo al momento del crimen, una versión que coincidiría con los testimonios de los vecinos, quienes aseguraron haber visto a dos personas huyendo del lugar entre las 5 y las 7 de la mañana.
Según relataron los habitantes de la zona a los medios y a la policía, dos hombres escaparon corriendo de la casa tras los disparos. Lo más llamativo fue que uno de ellos se encontraba parcialmente desnudo, lo que suma otro dato inquietante a la historia y refuerza la posibilidad de que el crimen ocurriera en un contexto íntimo o vinculado al consumo de sustancias.
El hecho de que el lugar tuviera un colchón y evidencias de permanencia sugiere que pudo haber sido utilizado para encuentros clandestinos, algo que la justicia todavía no descarta ni confirma.
El caso quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada N°2 de Almirante Brown, a cargo del fiscal Leonardo Kaszewski, quien trabaja en conjunto con la Comisaría de Glew y la DDI local para identificar y capturar a los sospechosos.
Los investigadores ahora analizan las cámaras de seguridad de la zona y las comunicaciones del celular del fallecido, con la esperanza de poder reconstruir sus últimas horas con vida y determinar qué motivó el crimen, quiénes son los implicados y si la víctima fue emboscada, traicionada o si se trató de un ajuste de cuentas.
El silencio del entorno y la vida de Facundo
Hasta el momento, no se conocieron declaraciones públicas de familiares o allegados de Arreguín, lo que dificulta la reconstrucción de su historia personal. Tampoco se ha informado si el joven tenía antecedentes o vínculos con entornos conflictivos. Los vecinos lo describieron como alguien "callado y tranquilo", aunque no tenían mayor trato con él.
Este hermetismo alimenta las hipótesis de que la víctima podría haber estado vinculada a un círculo cerrado o clandestino, ya sea en el marco de adicciones, relaciones íntimas o actividades fuera de la ley. La aparición del lápiz labial entre sus prendas y el dato de que uno de los sospechosos estaba semidesnudo agregan elementos que no son comunes en crímenes de robo o violencia al azar.
La comunidad de Glew vive por estas horas una mezcla de miedo, desconcierto y expectativa. El barrio donde ocurrió el asesinato, habitualmente tranquilo, se encuentra conmocionado por el grado de violencia del crimen y las incógnitas que lo rodean. “Nunca habíamos visto algo así”, comentó una vecina de la zona.
El hecho de que el homicidio se haya producido en un inmueble abandonado, en plena madrugada, y con detalles tan fuera de lo común, generó una fuerte alarma entre los residentes, muchos de los cuales ahora reclaman mayor presencia policial y control sobre las propiedades deshabitadas, que muchas veces se convierten en refugios para hechos delictivos.
Por el momento, la principal línea de investigación gira en torno a los dos sujetos que huyeron del lugar. El hecho de que uno de ellos haya dejado sus documentos en la mochila podría acelerar su identificación. La policía trabaja para determinar si se trató de un ataque planificado, una pelea que se desmadró, o un crimen en el contexto de un encuentro íntimo.
No se descarta, tampoco, la participación de más personas ni la posibilidad de que el crimen tenga relación con el consumo o tráfico de estupefacientes, dados los elementos hallados en la escena.
