A ocho meses del crimen que conmocionó a San Luis, la Justicia avanza con las pericias clave en la causa que tiene como única acusada a Marina Silva, la policía señalada de matar a Bautista, de 2 años, y Sofía, de 7, mientras dormían.
Marina Silva está acusada de matar a sus hijos de 2 y 7 años. (Foto: archivo)
El próximo 1° de junio se cumplen ocho meses del estremecedor caso que sacudió a la provincia de San Luis en 2024: el asesinato de Bautista Silva Funes, de dos años, y Sofía Ojeda Funes, de siete, a manos de su madre, Marina Silva, una oficial de policía que permanece detenida desde ese día.
Los niños fueron hallados sin vida en su casa del barrio Los Fresnos, en Juana Koslay. De acuerdo con la investigación, ambos fueron asesinados mientras dormían.
Los investigadores informaron que en la madrugada del 1 de octubre, entre las 5:30 y las 6:30, Silva colocó una garrafa abierta en la puerta de la habitación matrimonial donde dormían los niños. Según los expertos, esta acción tenía como objetivo provocar “la somnolencia de los menores”.
Minutos después, la mujer ingresó al cuarto e hizo un primer disparo contra el colchón para “probar el funcionamiento”.
Después de comprobar que todo estuviera en orden, les puso a los chicos en la cabeza “una almohada y un colchón y luego les disparó dos veces a cada uno”.
La mujer dejó varios escritos en el lugar del crimen antes de abandonar la vivienda, entre ellos una carta sobre la mesa del comedor y dos notas que pedían a quienes ingresaran que llamaran a la Policía. Horas más tarde, fue localizada en las inmediaciones del dique Cruz de Piedra.
La causa, encabezada por la fiscal especializada N°2, Antonella Córdoba, está en sus etapas finales. Ya se sumaron informes clave como el análisis caligráfico de los escritos encontrados en la escena del crimen, los cuales fueron detallados por "el chorrillero".
Esta pericia fue elaborada por la licenciada en Criminalística Carina Bernal, del Departamento de Investigación de Delitos Complejos. Su trabajo consistió en cotejar tres manuscritos hallados en el domicilio con una muestra de escritura proporcionada por Silva.
Según el informe, todas las notas fueron escritas por la misma persona, confirmando la autoría de la madre.
El análisis reveló detalles significativos: la carta principal habría sido redactada en tres momentos distintos. En el primer tramo, según la perito, se observa una escritura pausada, sin correcciones ni temblores, con frases como: “Perdón, ya no pude más. No es culpa de nadie. Pero necesito paz”.
Luego, un segundo segmento más comprimido incluiría el mensaje: “No quiero mis hijos sean una carga para nadie. Los amo tanto Bauti y Sofía, que necesito estemos juntos”. Finalmente, una tercera parte, aún más ajustada en espacio, menciona las deudas y una aparente intención de justificar sus acciones.
Además de la carta, en la puerta delantera de la vivienda se encontró una nota que decía: “No entres, llamá a la Policía”, y en la trasera, otra con la leyenda “No entres Melina”, dirigida a una de sus hermanas, quien residía en una casa contigua.
Entre las conclusiones del estudio, Bernal detalló que los manuscritos presentan rasgos como escritura fuerte, bucles ensanchados, inclinación hacia la izquierda y una estructura predominantemente manuscrita. Estas características, junto con el ritmo de trazo y la espontaneidad, permitieron asegurar que todos los textos fueron escritos por Marina Silva.
Con estos elementos, la causa se encamina hacia su resolución. La comunidad de San Luis, mientras tanto, sigue conmocionada por un hecho que dejó una huella imborrable en la provincia.
La principal hipótesis que hay en el caso es que Silva asesinó a sus hijos por las millonarias deudas que tenía. En principio trascendió que debía un total de 6,7 millones de pesos, dinero que se repartía en distintos bancos y entidades financieras.
Por ejemplo, la Central de Deudores del Banco Central de la República Argentina informó una deuda con el Banco Nación por $3.269.000 y con Montemar por $2.269.000.
Además, otras morosidades indican que debía unos $33 mil a Bersatex, $941 mil con Credlap, $48 mil a Argencred y $94 mil pesos a Mercado Pago, al tiempo que todos esos retrasos económicos corresponden a julio y agosto de este año.
