Un proceso lento y desgarrador
Tatiana pasó tres meses en terapia intensiva antes de ser trasladada a la clínica Fleni, en Escobar, especializada en rehabilitación neurológica. Allí transcurrió el resto de su recuperación, que demandó 17 meses de atención continua, avances mínimos y una lucha constante por recobrar su autonomía.
Durante todo ese tiempo, su familia se mantuvo firme. Acompañaron cada paso del proceso, sosteniendo no solo a Tatiana, sino también a su propia esperanza. Cuando finalmente llegó el momento del alta médica, decidieron compartir un mensaje que sintetiza la profundidad de lo vivido: “Gracias por estar cuando ella no podía pedir ayuda. A cada persona que acompañó a Tatiana durante estos 17 meses: gracias. No por cumplir con su trabajo, sino por ir más allá”, escribió la familia.
El mensaje fue difundido por la prensa y agrega “Gracias por hablarle cuando no respondía. Gracias por creer en lo que aún no se veía. Ustedes no trataron solo a una paciente. Sostuvieron una historia, un cuerpo, una familia entera. Cada pequeño avance de Tati fue también un logro de ustedes. Cada movimiento que hoy puede hacer, cada mirada que volvió, tiene su huella”.
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Tatiana (en el centro, de blanco) junto a su familia al recibir el alta. (Foto: gentileza familia Ruiz)
El texto concluye con un reconocimiento a todo el personal médico, terapeutas y asistentes que hicieron posible ese regreso: “Hoy nos vamos, pero no nos olvidamos de los gestos, de las palabras y de los silencios. Gracias por ayudarnos a recuperar a nuestra Tati. Con amor y gratitud para siempre. Familia Ruiz”.
El caso judicial y las imágenes que no se olvidan
Mientras Tatiana peleaba por su vida, la causa judicial contra Lucas Feijoó avanzaba. En su primera declaración, él afirmó que la atropelló por accidente durante una discusión. Sin embargo, las imágenes lo complicaron seriamente.
En los videos se aprecia cómo ella intenta volver a subir al vehículo, y cómo él acelera de forma brusca, embistiéndola. Este material fue clave para el cambio de carátula del expediente, que en un principio se había manejado como un accidente.
A raíz de esto, se reabrieron instancias de peritajes, se solicitó la revisión de las cámaras desde distintos ángulos y se incorporaron testimonios del entorno de la pareja. La hipótesis de violencia de género comenzó a tener más peso, y el comportamiento de Feijoó empezó a ser analizado con mayor rigor.
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Tatiana (izquierda) junto a su hermana Camila. (Foto: gentileza familia Ruiz)
Hasta el momento, la causa continúa en etapa de instrucción, mientras la defensa del acusado sostiene que no hubo intencionalidad. El fiscal a cargo sigue sumando pruebas para determinar si se trató de un hecho doloso.
Aunque el alta médica representa una victoria, el camino de Tatiana Ruiz está lejos de haber terminado. Su cuerpo aún guarda secuelas, y la recuperación emocional será otro proceso en sí mismo. Sin embargo, lo que más impacta es la capacidad de resiliencia demostrada por ella y su familia.