Las imágenes de las cámaras privadas de la zona confirmaron que los intrusos permanecieron dentro del edificio al menos 60 minutos, tiempo en el que se presume que seleccionaron cuidadosamente qué llevarse. Aún no se determinó el monto del robo ni los objetos sustraídos, aunque los investigadores no descartan que hayan huido con herramientas o dispositivos electrónicos.
La llegada del empleado y el desenlace fatal
Una hora después del robo, alrededor de las ocho de la mañana, el primero en llegar a la fábrica fue un empleado histórico de la empresa, un hombre de aproximadamente 65 años que, según sus compañeros, solía abrir el local cada día.
Al ingresar, encontró el lugar revuelto y con signos evidentes del asalto: papeles en el suelo, estanterías caídas, puertas abiertas. En medio del shock, intentó bajar rápidamente las escaleras para pedir ayuda, pero se tropezó, cayó y golpeó su cabeza contra uno de los escalones.
“El hombre se asustó al ver el panorama que habían dejado los delincuentes, quiso correr o salir, pero se enganchó un pie y cayó. Sufrió un fuerte golpe en la cabeza”, explicó el cronista desde el lugar de los hechos.
Minutos después, personal del SAME llegó al sitio, pero solo pudo constatar la muerte del trabajador. “Cuando lo encontraron ya estaba sin vida”, confirmaron fuentes policiales.
La primera confusión: rumores de rehenes y tensión
En las primeras horas, la escena estuvo envuelta en confusión. Algunos vecinos y trabajadores de la zona escucharon sirenas y creyeron que los asaltantes todavía seguían dentro del predio. “Se pensó que había una toma de rehenes porque la policía encontró la puerta abierta y a un hombre desvanecido adentro”, relató Godoy.
Sin embargo, el análisis de las cámaras de seguridad descartó esa posibilidad. Los delincuentes ya se habían retirado una hora antes de que la víctima llegara. La caída accidental del empleado fue la única causa de su muerte, según confirmó más tarde la autopsia preliminar.
Tristeza y conmoción entre los compañeros
Mientras la policía realizaba las pericias, varios compañeros del hombre fallecido se acercaron a la fábrica, visiblemente afectados. Algunos se tomaban la cabeza y lloraban en silencio frente al galpón, mientras agentes del Cuerpo de Psicólogos de la Policía de la Ciudad los contenían.
“Era una persona muy querida, el primero en llegar cada mañana. Siempre abría el local y ponía la pava para el mate”, contó uno de los trabajadores sin poder evitar las lágrimas.
Las autoridades confirmaron que no hubo enfrentamiento con los delincuentes. La causa quedó caratulada como “muerte por accidente en contexto de robo”, a cargo de la Fiscalía Criminal y Correccional N°12.
El trabajo policial y las hipótesis
La Policía de la Ciudad montó un operativo de búsqueda en la zona para intentar dar con los responsables del robo. Los agentes analizaron grabaciones de cámaras públicas y privadas de la manzana y alrededores.
Hasta ahora, los investigadores creen que los delincuentes actuaron con información previa sobre el movimiento del personal. “Sabían que el primer empleado llegaba recién a las ocho, por eso entraron y salieron una hora antes”, explicó una fuente de la investigación.
Además, se presume que los ladrones planearon el golpe con inteligencia previa. “Es posible que hayan vigilado la zona días antes. El horario, la entrada por una puerta lateral y la rapidez con la que se movieron demuestran conocimiento del lugar”, detalló un jefe policial.
La víctima había trabajado durante más de 20 años en el rubro industrial, y según contaron sus compañeros, estaba a punto de jubilarse. “Le faltaban pocos meses. No merecía morir así, solo, en su trabajo”, dijo uno de ellos.
El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial para realizarle una autopsia y determinar las causas exactas del fallecimiento, aunque las pericias iniciales confirmaron un traumatismo de cráneo como resultado de la caída.