En ese marco, señaló que ahora es necesario "atender no solo las consecuencias de esta pandemia en términos sanitarios sino también la reconstrucción de la situación económica y social, que va de la mano del cuidado de nuestra casa común, el planeta".
"Deseo enfatizar que nada de lo anterior será posible si no atendemos a la espada de Damocles de la inequidad global: la reconfiguración de la arquitectura financiera", definió.
Fernández consideró "penoso" que "en 10 años no se haya podido completar el compromiso de proporcionar 100 mil millones de dólares a los países en desarrollo para desplegar acciones contra el cambio climático", por lo que advirtió que "la justicia climática será una quimera sin justicia financiera e impositiva global que contribuyan a una real justicia social".
El Jefe de Estado sostuvo que "está latente el riesgo de una debacle generalizada de deudas externas en los países en desarrollo", y mencionó que "América Latina y el Caribe destinan un 57% de sus exportaciones al pago de servicios de la deuda externa".
"Menciono este tema con particular dolor, desde Argentina, un país que ha sido sometido a un endeudamiento tóxico e irresponsable con el FMI. Para que el mundo tenga idea de la magnitud de este deudicidio, quiero mencionar una cifra. Los recursos aprobados por el FMI a la Argentina en esta deuda insostenible fueron de 57 mil millones de dólares, el equivalente a todo lo que el organismo desembolsó en el año de la pandemia a 85 países del mundo", aseveró.
"No hay ninguna racionalidad técnica, ni lógica ética, ni sensibilidad política, que pueda justificar semejante aberración. Lo más grave aún, es que gran parte de esos recursos suministrados a la Argentina han sido fugados del país por una apertura irresponsable de la cuenta de capital", dijo.
"Argentina ha sido sometida a un endeudamiento tóxico e irresponsable"
El presidente Alberto Fernández consideró que "resulta clave rescatar los principios de sostenibilidad de la deuda que se han acordado en las Naciones Unidas" y por eso apoyó "la idea de impulsar un acuerdo multilateral inclusivo, capaz de abordar de manera acabada las cuestiones referidas a la reestructuración de las deudas sobernas".
"La prórroga de la iniciativa de suspensión de servicios de deuda producida por el G20, aunque valiosa, es una medida provisoria e insuficiente. De la misma manera, la falta de un marco multilateral para la restructuración de deuda de los países de renta media sigue siendo un vacío importante dentro de la gobernanza financiera internacional", evaluó el mandatario argentino.
En ese contexto, Fernández alentó "la ampliación de un nuevo marco común para el tratamiento de las deudas del G20 a países de ingresos medios con vulnerabilidades" y propuso "que la calificación de riesgo crediticio de los países sea parte de la agenda de la reforma de la arquitectura financiera internacional".
"Celebramos la ampliación y distribución de los derechos especiales de giro del FMI, iniciativa que ha abierto la puerta para una esperanza. Lo que un año atrás era impensable, hoy es una realidad. Esta emisión debe dar lugar a un gran acto de solidaridad ambiental, que incluya a los países de bajos ingresos y a los países de renta media con alta vulnerabilidad climática y financiera", señaló.
"Un pacto que permita extender los plazos para atender los pagos de los endeudamientos y la aplicación de menores tasas, bajo las actuales circunstancias de estrés, sanitario y ecológico. Debemos impulsar sistemas de financiamiento sostenibles que promuevan mecanismos de pago por servicios ecosistémicos, y el concepto de deuda ambiental: el canje de deuda por clima es otro paso virtuoso que debemos dar".
Causa AMIA
En otro momento de su discurso, Alberto Fernández recordó que "a 27 años del atentado de la AMIA, se continúa la política iniciada en este ámbito en 2003 de requerir a las autoridades de la República Islámica de Irán que cooperen con las autoridades judiciales argentinas para avanzar en la investigación de dicho atentado".
"Reiteramos la solicitud a la comunidad internacional de cumplimentar requerimientos contenidos en las células rojas, en la Interpol, ante la eventual presencia de un imputado en sus territorios, algo que Argentina jamás dejó de reclamar", señaló.
Reclamo por Malvinas Argentinas
Sobre el final, el Jefe de Estado enfatizó que "la República Argentina reafirma sus derechos de soberanía legítimos e imprescriptibles sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, los cuales integran parte del territorio nacional argentino. Dichos territorios se encuentran ocupados ilegalmente por el Reino Unido desde hace ya más de 188 años".
"No existe ninguna razón, salvo la intención del Reino Unido de mantener la manifiesta e ilegítima situación colonial, para que no se retome ya mismo el diálogo bilateral por la cuestión Malvinas", cuestionó.
Asimismo, aseguró que "el Reino Unido persiste en su actitud de desoír el llamado a reanudar las negociaciones respecto de la disputa territorial y ha agravado la controversia por los llamados a la explotación ilegal y unilateral de los recursos naturales renovables y no renovables en el área".
"También insiste con la injustificada y desmedida presencia militar en las islas, que no hace más que traer tensión a una región caracterizada por ser una zona de paz y cooperación internacional", evaluó.