Después de participar en aquella violenta manifestación durante el debate que el Congreso realizaba sobre la reforma previsional, y sobre todo porque su figura quedó enmarcada como un símbolo de esa protesta, Romero se dio a la fuga.
Aquel instante en que las cámaras de fotografía y TV lo tomaron inclinándose para disparar su arma casera contra los policías lo convirtieron en el “Gordo Mortero” o el “Loco del Mortero”.
Pocos meses después, la Justicia argentina solicitó su captura internacional, mientras se fijó una recompensa de 1 millón de pesos para quienes aportaran datos sobre su paradero.
En marzo de 2018, en tanto, surgió de la clandestinidad para publicar una carta en Twitter, en donde además de declararse como un perseguido político pidió por la caída del gobierno de entonces: “Tenemos que sacar a Macri como sacamos a De La Rúa en el 2001”.
Ya en noviembre de 2019 reapareció una vez más para apoyar las protestas que se realizaban en Chile contra el gobierno de Sebastián Piñera.
"Saludo la heroica lucha de nuestros hermanos chilenos. Es muy importante que el movimiento obrero se ponga en escena con un gran paro nacional para que, a través de las asambleas, elijan un comité de lucha para llevar adelante nuestros reclamos", señaló en un audio publicado en la cuenta de Facebook del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU).
"De la única forma que van a terminar con Piñera es con un gran paro nacional, organizándose y tirando abajo a Piñera y a todos los que están haciendo nuestras vidas difíciles", sentenció.