El clima en la coalición gobernante

El albertismo busca oxígeno en el acuerdo con el FMI para balancear el poder interno en el Frente de Todos

Alberto Fernández apuesta a Guzmán y el FMI mientras el kirchnerismo se resigna. Democracia interna, Estados Unidos y diciembre, parte del temario de discusión.
Nicolás Poggi
por Nicolás Poggi |
Alberto Fernández y Guzmán llevan adelante la negociación con el FMI. (Foto: archivo)

Alberto Fernández y Guzmán llevan adelante la negociación con el FMI. (Foto: archivo)

Repliegue. La supuesta “inminencia” del acuerdo con el FMI del que habla por estos días el mundo de la política y los mercados marcará un retroceso en las aspiraciones del kirchnerismo de imponer condiciones en la negociación. Un escenario que favorece al sector albertista del Frente de Todos, más proclive a llegar a un entendimiento con el organismo para empezar a planificar la economía de los dos años que vienen.

Se trata de una suerte de “victoria” que le permite al entorno del Presidente ganar espacio político en un contexto de desconfianzas cruzadas y un manto de silencio de la vicepresidenta sólo interrumpido por sus ya tradicionales cartas abiertas. ¿Los dirigentes no hablan entre ellos que tienen que recurrir a ese tipo de publicaciones?

De concretarse, el acuerdo con el FMI podría dotar al albertismo del oxígeno necesario para equilibrar el poder dentro de la alianza, justo en momentos en que el propio Alberto Fernández viene advirtiendo sobre la necesidad de “institucionalizar” la coalición para que todas las decisiones se tomen por consenso, candidaturas incluidas.

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Alberto Fernández junto al ministro de Economía Martín Guzmán y el de Desarrollo Productivo Matías Kulfas. (Foto: Presidencia)

Alberto Fernández junto al ministro de Economía Martín Guzmán y el de Desarrollo Productivo Matías Kulfas. (Foto: Presidencia)

¿Habrá “democracia interna” para el frente peronista en 2023, como postula la mayoría de sus referentes? Imposible saberlo. Una eventual salida del laberinto del FMI podría dar pistas en ese aspecto. Mientras tanto, la coalición se sostiene bajo el clima de tensa calma que se instaló desde la derrota en las PASO.

La posición en el territorio

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Los intendentes del conurbano, aliados del Presidente. (Foto: archivo)

Los intendentes del conurbano, aliados del Presidente. (Foto: archivo)

Entre los “albertistas” se inscriben muchos intendentes bonaerenses de raíz peronista que suelen ver con ojos desorbitados los manejos del kirchnerismo. Esta no es la excepción, aunque algunos sean escépticos con la posibilidad de alcanzar un buen acuerdo.

“Alberto está apostando todo a conseguir una negociación favorable y salir fortalecido, pero ajuste va a haber y eso es inevitable”, admite ante A24.com un intendente peronista del sur del conurbano.

En el PJ del Gran Buenos Aires dicen ser conscientes de que el Presidente “jugó todas sus cartas” al ministro de Economía, Martín Guzmán, y al acuerdo con el FMI, pero muestran su preocupación ante la posibilidad de que ese “logro” político no sea suficiente para “recomponer” la confianza que se rompió con la sociedad, y de la cual los resultados de la elección fueron la prueba más palpable.

El mismo alcalde consultado se permite dudar además sobre el “margen” del Presidente para obtener concesiones del organismo y que la negociación sea provechosa. Y amplía las críticas hacia lo que considera la ausencia de “agenda” y de iniciativa política.

“¿Suma amontonar gente en Plaza de Mayo?”, plantea el intendente, a modo de ejemplo, sobre el festival multitudinario que el Gobierno hará el viernes 10 de diciembre en conmemoración del Día de la Democracia. “La gente no llega a fin de mes, tiene problemas y atraviesa situaciones graves. Es más, si te descuidás, resta”, argumenta. Pragmatismo puro.

La postura del kirchnerismo

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Cristina Kirchner difundió este sábado una carta en la que criticó a la oposición y afirmó que

Cristina Kirchner difundió este sábado una carta en la que criticó a la oposición y afirmó que "la lapicera la tiene el Presidente".

Del otro lado de la mesa está el sector referenciado en Cristina, que ya advirtió en innumerables oportunidades que el Senado no aprobará un acuerdo que implique ajuste sobre los sectores más desfavorecidos.

Pero cerca de la vicepresidenta valoran los esfuerzos de Guzmán por involucrarla en los avances de la negociación y mantenerla al tanto. También reconocen que hay mucho más “entendimiento” con el FMI de lo que parece.

“Como en cualquier ámbito, se busca conseguir la mejor negociación”, explican desde el kirchnerismo ante A24.com, y recuerdan que entre las demandas del sector figuraba la eliminación de las sobretasas (que el organismo rechazó), una extensión del plazo de pago -para que no sea a 10 años sino a 20, 30 o incluso 40- y la obtención de un período de gracia para empezar a cumplir con las obligaciones.

De ese pliego, el Gobierno podría conseguir sólo algunos años de gracia, según los cálculos que hacen en el kirchnerismo.

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Cristina pone límites en el Senado. (Foto: archivo)

Cristina pone límites en el Senado. (Foto: archivo)

El otro punto sobre el cual Cristina pone el ojo, y que corresponde a la posición histórica del kirchnerismo en la materia, es el del origen de los fondos que se usarán para pagar. “El nudo de la cuestión es de qué modo acepta el Gobierno que el FMI se entrometa en asuntos internos de la política económica soberana, si exige algún tipo de ajuste y si aceptamos esas exigencias”, apuntan.

El cristinismo avisa que el Senado “ya tiene posición tomada” -las cartas de la vicepresidenta y los comunicados del bloque- y que “no se van a votar políticas de ajuste”.

Pero sí aseguran que “no hay conspiración” contra la negociación ni que tampoco Cristina buscará boicotear el acuerdo. “Nuestra posición política es la que el país votó en 2019”, afirman por toda respuesta.

La hora de la geopolítica

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Manzur y Béliz, dos funcionarios del Presidente. (Foto: archivo)

Manzur y Béliz, dos funcionarios del Presidente. (Foto: archivo)

En los grandes trazos, los socios del Frente de Todos están de acuerdo en la necesidad de llegar a un entendimiento. Los reparos aparecen la hora de repasar los términos y condiciones. En eso el kirchnerismo tiene cosas que decir: “El ajuste a las jubilaciones no se soporta y las metas de equilibrio fiscal son inaceptables porque suponen un ajuste de hecho, salvo que se cumplan vía impuestos progresivos a la renta suntuosa y aportes solidarios”, proponen.

También entra en juego la cuestión geopolítica. Si bien las diferencias sobre ese punto permanecen, el kirchnerismo valora que Alberto “está abriendo el juego a entender que Estados Unidos no es la única línea de desarrollo económico de Argentina”.

En efecto, el cristinismo cree que “hacer todo para que Estados Unidos esté contento es un error geopolítico” y pide mirar al bloque asiático y especialmente a países como Rusia y China, de donde podrían llegar también los dólares que hacen falta.

No deja de ser una situación compleja porque la primera línea del albertismo está alineada con Estados Unidos: el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, son la punta de lanza del ala gubernamental involucrada con Washington.

La otra preocupación: fin de año

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La cámara de empresas norteamericanas en la Argentina (Amcham) advirtió hoy que el congelamiento de precios es una

La cámara de empresas norteamericanas en la Argentina (Amcham) advirtió hoy que el congelamiento de precios es una "bomba de tiempo" (Foto: Telam).

Otro tema que empieza a tomar forma en las conversaciones de la política es la situación social para fin de año, con el alza inflacionaria, la incertidumbre financiera, los arrastres de la pandemia y la inseguridad como señales de alerta.

Ante ese panorama caldeado, no son pocos los peronistas que piden "no provocar" con acciones como el acto en Plaza de Mayo del 10 de diciembre o la asunción de Máximo Kirchner en el PJ Bonaerense, que está pautada para el 18 de diciembre.

“Hay mucha irritación de la gente y no es momento para esas cosas, pero de todos modos no vemos desbordes”, responde un intendente que llama a sus propios compañeros a la cautela.

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